Este miércoles, un médico se declaró culpable de haberle proporcionado ketamina a Matthew Perry en el mes previo a la muerte por sobredosis de la estrella de «Friends».
En concreto, el doctor Salvador Plasencia se convirtió en la cuarta de las cinco personas acusadas en relación con la muerte de Perry en declararse culpable. Se paró junto a su abogado y admitió su culpabilidad en cuatro cargos ante la jueza Sherilyn Peace Garnett en el tribunal federal de Los Ángeles.
Plasencia, de 43 años, iba a ser juzgado en agosto hasta que el mes pasado acordó declararse culpable de cuatro cargos de distribución de ketamina. Esto, según el documento firmado presentado en el tribunal federal de Los Ángeles.
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MÉDICO SE DECLARA CULPABLE
Anteriormente, Plasencia se había declarado no culpable, pero a cambio de las declaraciones de culpabilidad, los fiscales acordaron retirar tres cargos adicionales de distribución de ketamina y dos cargos de falsificación de registros.
Cabe señalar que los fiscales expusieron los cargos en el tribunal antes de la declaración de culpabilidad y dijeron, como han enfatizado los abogados de Plasencia, que él no vendió a Perry la dosis que mató al actor.
Junto con ello, admitió que Perry se congeló y su presión arterial se disparó cuando el médico le dio una inyección. No obstante, Plasencia aún dejó más ketamina para que el asistente de Matthew Perry se la inyectara.
Los cargos pueden conllevar una sentencia máxima de 40 años de prisión, y no hay garantía de que Plasencia reciba menos, pero es probable que así sea. Ha estado en libertad bajo fianza desde poco después de su arresto en agosto y se le permitirá permanecer libre hasta su sentencia el 3 de diciembre.
Por el momento, la única acusada restante que no ha llegado a un acuerdo con la Oficina del Fiscal de Estados Unidos es Jasveen Sangha, quien los fiscales alegan es una traficante de drogas conocida como la «Reina de la Ketamina» y vendió a Perry la dosis letal. Su juicio está programado para comenzar el próximo mes.
Es necesario precisar que Perry luchó con la adicción durante años, remontándose a su tiempo en «Friends», cuando se convirtió en uno de los mayores astros de su generación como Chandler Bing.