El mundo de la animación está de luto. David Steven Cohen, reconocido guionista, compositor y productor estadounidense, falleció a los 58 años debido a complicaciones derivadas de un cáncer.
Su talento dejó huella en la industria, especialmente por su rol como guionista principal de «Coraje, el perro cobarde», serie que marcó a toda una generación.
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UN MAESTRO DEL GUION
Aunque su nombre no siempre estuvo en primera línea, su obra sí lo estuvo. Cohen no solo escribió para la popular serie de Cartoon Network, sino que también fue responsable de darle ese tono inconfundible, donde el terror psicológico, el surrealismo y la comedia se mezclaban a la perfección. «Coraje, el perro cobarde» no sería lo mismo sin su aporte.
Jerry Beck, historiador de animación y amigo cercano del escritor, confirmó la noticia con un emotivo mensaje en redes sociales: «Acabo de enterarme de que mi amigo falleció de cáncer. Era un escritor, compositor, productor, amante de la animación y amigo consumado».
DE LA COMEDIA AL TERROR ANIMADO
La carrera de Cohen no se limitó a ‘Coraje’. Antes de sumergirse en la animación, trabajó junto a Steve Martin en una serie de comedia para CBS.
También escribió para éxitos como «Pee-wee’s Playhouse», «ALF» y «Parker Lewis Can’t Lose». Su talento lo llevó incluso al cine, coescribiendo el guion de «Balto», la película animada producida por Steven Spielberg.
EPISODIOS INOLVIDABLES
David Steven Cohen se sumó a «Coraje, el perro cobarde» desde su primera temporada y rápidamente se convirtió en una pieza fundamental. Entre sus capítulos más icónicos están «Klub Katz», «1000 años de Coraje» y «Sombrero de oro prohibido». Su última gran contribución fue el penúltimo episodio de la serie antes de su cierre en 2002.
UN TRIBUTO DE CARTOON NETWORK
Cartoon Network Latinoamérica también se sumó a las despedidas con un mensaje cargado de emoción: «Gracias por hacer todo por amor y enseñarnos que hasta el más cobarde está lleno de coraje».
Con su partida, la animación pierde a un talento irremplazable. Pero su legado sigue vivo en cada episodio, en cada risa y en cada escalofrío que provocó en quienes crecieron viendo sus historias.
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