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Semana Santa: ¿Por qué se comen huevitos de chocolate?

María González

Periodista

huevitos
Foto: Agencia Uno
Esta dulce tradición infantil no tiene un solo origen claro

Durante la Semana Santa, millones de niños y adultos alrededor del mundo decoran huevitos de colores, los esconden para juegos infantiles o los regalan como símbolo de la festividad. 

Pese a que los huevos son un símbolo universal de fertilidad y renacimiento, la asociación con la Pascua, que celebra la resurrección de Jesucristo, no tiene un solo origen claro. De hecho, los huevitos de Pascua podrían tener raíces tanto paganas como cristianas.

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EL ORIGEN DE LA TRADICIÓN

Carole Levin, profesora de Historia y directora del Programa de Estudios Medievales y Renacentistas en la Universidad de Nebraska, comenta para la revista TIME, que muchos expertos creen que la Pascua cristiana coincidió en fechas con antiguas celebraciones paganas, como la festividad anglosajona dedicada a la diosa Eastre.

Es necesario precisar que esta diosa representaba la primavera y el renacimiento de la naturaleza tras el invierno. En ese contexto, los huevos eran parte importante del festejo.

«Se comían huevos durante la celebración e incluso se enterraban como un acto simbólico para fomentar la fertilidad», explica Levin el medio estadounidense. Esta superposición de festividades ayudó a facilitar la conversión de comunidades paganas al cristianismo y conservar símbolos familiares.

UNA PRÁCTICA MEDIEVAL CRISTIANA

En el ámbito cristiano, otra teoría popular sobre el origen de la tradición de regalar huevitos de pascua en Semana Santa sostiene que, los huevos cobraron importancia por las restricciones alimenticias durante la Cuaresma. En ese momento, los fieles no podían consumir carne ni productos animales, incluidos los huevos.

De acuerdo a Henry Kelly, profesor de estudios medievales en la Universidad de California, Los Ángeles, los huevos que las gallinas seguían poniendo durante este periodo eran cocidos y almacenados, para luego ser distribuidos al final de la Cuaresma, justo en Pascua, especialmente entre los más pobres.

HUEVITOS DE PASCUA

Una de las actividades más populares entre los más jóvenes es teñir y decorar huevos, actividad que también tiene raíces documentadas.

En 1290, la casa del rey Eduardo I de Inglaterra compró 450 huevos para teñir o cubrir con pan de oro y repartirlos entre la corte. Dos siglos después, el Vaticano enviaba al rey Enrique VIII huevos decorados en estuches de plata como obsequios de temporada.

Asimismo, hay registros de que en aldeas inglesas del siglo XIII, los campesinos entregaban huevos como tributo a los señores feudales en Pascua. Estos huevos, a menudo teñidos de rojo (símbolo de alegría), eran una especie de «ofrenda de Pascua», práctica que se mantuvo hasta el siglo XVIII.

TRADICIÓN DE SEMANA SANTA

No fue sino hasta el siglo XIX, en plena era victoriana, cuando los huevos de Pascua empezaron a dirigirse a los niños. En concreto, la sociedad británica, influenciada por un renovado interés por las tradiciones antiguas, empezó a transformar la festividad en una celebración más familiar, quienes surgieron las búsquedas de huevos escondidos.

Este hecho trajo consigo el personaje del «Conejo de Pascua», dando pase en 1876, a realizar el primer «Easter Egg Roll» en la Casa Blanca, una tradición que continúa hoy.

Con el paso del tiempo, estas costumbres también fueron adoptadas por las clases trabajadoras, especialmente cuando la Pascua se incorporó a los calendarios oficiales como día feriado.

De acuerdo al historiador Ronald Hutton, esto elevó el estatus de la festividad y alentó a las familias a buscar formas especiales de celebrarla. Hoy en día, un «huevito o de pascua» puede ser tanto un chocolate como un detalle decorativo o incluso un regalo digital.

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