En medio de disputas por el uso de la tierra entre pastores del Pirineo, surgió el conocido Tributo de las Tres Vacas. El cual, es un acuerdo que aún se mantiene vigente y es considerado el tratado en vigor más antiguo de Europa.
Pese a que la versión documentada del pacto data de 1375, algunos expertos sostienen que su origen podría ser anterior. En concreto, se remontaría a prácticas medievales entre los habitantes de los valles de Baretous, en el actual territorio francés, y Roncal, en Navarra, España.
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EL TRIBUTO DE LAS TRES VACAS
El Tributo de las Tres Vacas se basa en una sentencia emitida durante la Baja Edad Media, en la cual se condenó municipios del Valle de Baretous (Francia) a entregar anualmente tres vacas pirenaicas de dos años, con el mismo pelaje, dentadura y cuernos, sin defectos ni enfermedades, a cuatro municipios del Valle de Roncal (España).
Cabe señalar que este acuerdo fue la solución pacífica a una antigua disputa por el uso de pastos y fuentes de agua limítrofes, según recoge la documentación histórica.
Actualmente, el 13 de julio de cada año, los habitantes de ambos valles se reúnen en una ceremonia simbólica que ha sido declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial y reconocida como Fiesta de Interés Turístico de Navarra.
UNA TRADICIÓN ANUAL
Aunque la tradición exige la entrega de vacas vivas, en la actualidad, tras el reconocimiento veterinario, los animales regresan a territorio francés. Además, el tributo se cumple mediante el pago de su equivalente monetario al precio de mercado.
Cabe precisar que, finalizada la ceremonia, los asistentes de ambos lados del Pirineo celebran un banquete con productos típicos de la zona. Esto, como muestra de hermandad.