El incendio que en octubre de 2022 afectó a la cantera del volcán Raro Raraku, en el parque nacional Rapa Nui, tuvo tan devastadoras consecuencias que hoy, según la Unesco, hay una veintena de moáis en estado «grave», que se suman
a decenas más que, según la calificación del organismo internacional, presentan un estado de conservación «regular-malo».
Tras el siniestro la Unesco había gestionado 97 mil dólares para realizar un diagnóstico de los daños, pues el parque es, desde 1995, sitio de Patrimonio de la Humanidad. También debía realizarse un plan de gestión, protocolos de respuesta a emergencias y capacitaciones sobre conservación.
El Informe de Diagnóstico de Conservación contabilizó 358 elementos afectados, entre ellos 222 moáis, que sufrieron alteración «media» por el siniestro, cambiando la coloración del 83 por ciento de los elementos y la adhesión de hollín en el 75 por ciento de los casos, configurando «una afectación superficial en la mayoría de los recursos, ya que no se observaron fisuras, grietas, fracturas o desplazamientos», publicó La Tercera.
TODOS LOS DÍAS
También se detectaron otras alteraciones más recurrentes y previas al incendio, ocasionadas por factores y agentes climáticos e hídricos que «predominan considerablemente dentro del área de estudio, afectando en mayor nivel respecto al incendio», tales como el viento, la lluvia, fluctuaciones de la humedad relativa y de temperatura, presencia de líquenes, musgos, hongos y animales producen un deterioro sistemático.
La coordinadora responsable de Cultura de Unesco Chile, Pilar Vicuña, explicó que «si bien hay algunos elementos que tienen una mayor posibilidad de tener un daño más profundo, el riesgo es que el deterioro es permanente, porque el mayor agente que está alterando los bienes arqueológicos tiene que ver con los agentes climáticos e hídricos. Por lo tanto, es una afectación que se produce todos los días».
«El sitio en su totalidad está en un permanente riesgo por las condiciones naturales en donde está ubicado», advirtió.
Según la evaluación de Unesco, en la escala de muy bueno (1) a muy malo (5), predomina el «estado de conservación general regular (3) y malo (4)».