Venezuela y Guyana se reunieron en Brasil para abordar la disputa del Esequibo. Los cancilleres de Venezuela y Guyana se reunieron, ayer martes, en la ciudad de Brasilia para abordar la creciente tensión en torno a la disputa del territorio del Esequibo.
La reunión, mediada por el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, contó con la participación de representantes de la ONU, la Celac y la Caricom.
Al término del encuentro, los cancilleres de ambas naciones acordaron mantener diálogos en un ambiente pacífico y sin amenazas, comprometiéndose a evitar la intervención de potencias extranjeras en la controversia.
Creación de una comisión mixta
El canciller venezolano, Yván Gil, anunció la creación de la primera Comisión Mixta de Cancilleres y Técnicos entre Venezuela y Guyana. El objetivo de la comisión será abordar los puntos establecidos en la declaración de Argyle, acordada en diciembre en San Vicente y Las Granadinas.
Venezuela reiteró su posición histórica, el mensaje de paz del presidente Nicolás Maduro y su resolución de respetar el Acuerdo de Ginebra y el derecho internacional.
Satisfacción de ambas naciones
La declaración conjunta emitida en el Palacio de Itamaraty reflejó la satisfacción de ambas naciones con el resultado de la cita. Se destacó la importancia de examinar la posición y acciones de Guyana respecto al área marítima no delimitada.
El canciller venezolano subrayó la necesidad de evitar la intervención extranjera, especialmente después del envío de un buque de guerra británico a las costas de Guyana.
Posición firme de ambas naciones
A pesar de la disposición al diálogo, ambas naciones mantuvieron su firme postura de reclamar como propia la región del Esequibo, rica en recursos como petróleo, oro y diamantes.
La disputa se remonta a decisiones históricas y se agrava por el descubrimiento de extensas reservas de petróleo en 2015.
La espera de la decisión de la Corte Internacional de Justicia
La situación se agrava con la espera de un dictamen de la Corte Internacional de Justicia, un proceso que podría llevar varios años. La Corte ha instado a ambas partes a abstenerse de acciones que puedan agravar la controversia mientras se espera la decisión final.
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