Víctor Maldonado R.: “¡Contexto, para qué te quiero!”.

 El que explica se complica y el que se excusa pide que se analice el contexto. Y con toda razón es lo ha que argumentado el ministro Cataldo en estos días.
 La frase “cuídate para que no te pase nada por el camino”, es distinta dicha por una madre despidiendo al hijo que va al colegio, que en boca de un gánster despidiendo a un rival en un callejón oscuro. El contexto importa.
 Pero el contexto no lo es todo, también importan las convicciones y las decisiones que se asumen. Es la vara con la que tenemos que medir la declaración de la Cámara de agosto del 73 y las declaraciones de Cataldo.
 Aquilatar factores no tiene nada de fácil. Como tantos pudimos verificar presencialmente al principio del estallido social, lo más característico de ese momento no fue la acción de protesta de los secundarios, sino el apoyo masivo y permisivo de la mayoría ciudadana. Lo que hizo la diferencia es esto último.
 Los dirigentes políticos y de partido respondieron en esa coyuntura tanto a la protesta específica como a la recepción masiva de aceptación.
 Cataldo reflejó la reacción más amplia que tuvo la dirigencia de izquierda entonces. Es bueno revisar las reacciones en paralelo de los parlamentarios de derecha y se verá el grado de conmoción en que se encontraban. De seguro las ventas de pañales para adultos se dispararon en esa temporada.
 Fueron reacciones humanas comprensibles. La condescendencia con los excesos en aumento se dio en la política, en los medios de comunicación y en la calle. Así que hay que acordarse de la actuación propia antes de señalar con el dedo. Eso no quita que podamos identificar la mejor respuesta democrática.
 Hay una diferencia entre quienes adhieren a la democracia por motivos instrumentales o por convicción. Quienes respetan las reglas porque es lo aceptado o lo que les conviene, se comportan como es debido solo porque no les queda otra, por ahora, aunque ello pueda durar mucho.
 En la derecha hubo un sector en el que se adaptaron, en la transición, a la derrota de Pinochet, pero que siempre han sido autoritarios en comisión de servicio en democracia. Ahora los vemos reivindicando el golpe porque se sienten más fuertes y eso los hace recuperar el habla y la sinceridad.
 Pero ese mal cruza el espectro político y no es exclusivo de los pinochetistas que están saliendo de la clandestinidad. El demócrata de convicción quiere que el estado de derecho y el respeto de las reglas pacificas de convivencia se acepten siempre y sea respetado por todos. Los que tienen convicciones instrumentales, eximen siempre del respeto de las reglas a los más cercanos.
 Por eso los mejores destacaron antes porque navegaron contra la corriente, como dice Elizalde de Boric. Es el tipo de liderazgo que seguimos necesitando como conducta invariable, aplicada a amigos y adversarios.
 Ahora Cataldo es ministro y esperamos que sea uno de los buenos. En esta calidad, lo que importa no es que nos hable de la diferencia que existe entre los contextos de ayer y de hoy. Lo que necesitamos es que nos diga si puede navegar contra la corriente y si sus convicciones democráticas alcanzan para hacer respetar el ordenamiento constitucional a los amigos y a los muy amigos.