Reportajes

Violencia obstétrica: Una violación de los derechos de las mujeres

Sofía Martínez

Según un estudio de UdeTalca, el 80% de las mujeres reconoce haber vivido y reconocer que en algún momento sufrió violencia obstétrica.

La violencia obstétrica es una realidad preocupante en Chile. Más de la mitad de las mujeres en Chile reconoce haber sufrido algún tipo de violencia ginecológica. Comentarios inapropiados sobre su cuerpo, trato infantilizado y realización de procedimientos innecesarios son algunas de las formas en que se expresan estas prácticas.

A través de un proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT), la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca investiga esta temática que genera un serio problema de salud pública en cuanto las mujeres pueden evitar realizar atenciones o exámenes relevantes para su bienestar.

El 80% de las mujeres, de un universo de más de 5.000 encuestadas, nos dice haber vivido y reconocer que en algún momento sufrió violencia obstétrica

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«En tanto, el 67% habla de violencia ginecológica, es decir, mujeres que no necesariamente han gestado”, detalló el psicólogo y académico de la Facultad de Psicología, Manuel Cárdenas Castro.

Esta cifra, alarmante y preocupante, nos hace reflexionar sobre la importancia de abordar este tema y buscar soluciones concretas para erradicarla.

La violencia obstétrica se refiere a cualquier práctica que cause daño físico, emocional o psicológico a la mujer durante el proceso de embarazo, parto o postparto.

Esto puede incluir desde insultos, intimidaciones, desatención de necesidades básicas de la mujer, hasta procedimientos médicos innecesarios o maltrato físico por parte del personal de salud.

Consecuencias devastadoras

Las consecuencias de la violencia obstétrica pueden ser devastadoras para las mujeres, no solo en el aspecto físico, sino también en el emocional y psicológico.

Muchas mujeres que han sido víctimas de esta violencia pueden experimentar traumas, depresión, ansiedad y dificultades para establecer un vínculo adecuado con sus hijos.

Dani Porta, fue una de las víctimas de violencia obstétrica. En el 2019 sufrió de violencia obstétrica en el parto de su primer hijo, sin embargo, no fue hasta el año 2022 cuando recién lo vio como violencia obstétrica.

En conversación con EstáPasando abrió si corazón y nos contó acerca de este difícil momento. “Significó un golpe y un proceso muy delicado ya que tuve secuelas en mi suelo pélvico, en mi bienestar interno y afecto en todas mis emociones como nueva mamá, ser primeriza significó callarme mucho lo que estaba viviendo, sentí que todo lo que estaba pasando era lo que debía pasar, hasta que comencé a preguntar a otras mujeres si habían vivido cosas que yo pasé y fue ahí donde comencé a poner mis primeras alarmas”, nos relató.

En su relato, Dani continúa diciéndonos que el hecho le provocó depresión, ansiedad, ira, angustia, soledad, impotencia, baja autoestima y además un rechazo absoluto con el padre de su hijo, “estuve por años con una mezcla de sentimientos que los viví muy en silencio, que además estaba cuidando de mi bebé que merecía toda mi atención y dependía 100% de mis inicios».

Conciencia social

«Un cambio cuando comienzo a darme cuenta que debía comenzar a darme amor propio y sanarme por dentro hacia afuera, comencé con pequeños cambios, decidí partir por mejorar mis comidas, dedicarme a entrenar en casita con mi bebé y así elevando de apoco mi energía y mi felicidad, luego comencé a ver alternativas para mejorar mi incontinencia urinaria y mejorar mi suelo pélvico, recuerdo que mi primer acercamiento fueron unos libros de suelo pélvico y fue ahí donde comencé a estudiar los ejercicios hipopresivos, decidí certificarme y ahí mi vida comenzó a sonar diferente, comencé por mí, no buscaba ayudar a nadie”, sostiene Daniela.

Hoy en día, Porta es Coach de bienestar integral y asegura que sólo quería rescatarse a mí misma, luego el camino comenzó a cambiar para ella, fue entonces cuando comenzó a ayudar a más mujeres a mejorar su condición física y entregando sus conocimientos en redes sociales.

Para hacer frente a la violencia obstétrica es necesario concienciar a la población sobre este problema y promover una cultura de respeto y buen trato hacia las mujeres embarazadas. Las autoridades sanitarias deben implementar políticas y protocolos que protejan los derechos de las mujeres durante el proceso de gestación y parto.

Además, es fundamental capacitar al personal de salud en habilidades de comunicación, empatía y respeto hacia las mujeres embarazadas, para que puedan ofrecer un trato digno y humano durante todo el proceso.

Si bien algunos casos llegan a la justicia, otros jamás lo hacen. Dani relata que su caso no fue llevado a la justicia por desconociendo “asistí a las clases prenatales del consultorio y de la clínica, me sentí muy preparada, muy empoderada, había estudiado mucho, pero en la práctica fue todo diferente».

«Pienso y después de tener a mi segundo bebé que escogí un parto natural y humanizado, que falta mucha educación y que es necesario dar a conocer más opciones de tipos de parto, pero de forma real y educada, que existan profesionales dispuestos a entregar la posibilidad, recuerdo que cuando hice los talleres, se hablaba muy por encima los tipos de parto pero nunca hubo como una real opción (No sé con los años como está siendo ahora) actualmente vivo en Antofagasta y aquí encontré un equipo de médicos que practican el aborto libre y respetado”, contó

Sensibilización

Los expertos coinciden en que la prevención de la violencia obstétrica pasa por una mayor sensibilización y formación del personal de salud, así como por el fortalecimiento de los mecanismos de denuncia y protección de los derechos de las mujeres.

Según manifestó el especialista Manuel Cárdenas Castro, estas situaciones responden a un tipo de violencia de género y que va desde los malos tratos en adelante.

“El minimizar, desconfiar de los síntomas, no creer o desvalorar su experiencia, decir que exageran sus dolores, no dejarlas expresar su malestar y una serie de procedimientos en donde se maneja activamente el cuerpo de las mujeres, son parte de las acciones que sufren las pacientes”, explicó.

“Se genera desconfianza del modelo de salud y eso es uno de los efectos a nivel sistémico más relevante, pero a nivel de la vida de las mujeres, la violencia ginecológica, es muy grave porque de alguna manera ellas están en una relación de confianza, de cuidado, donde te pones a disposición y esperas que te ayuden. Y cuando les hacen daño, puede tener un efecto aún mucho más significativo en las mujeres, llegando incluso a provocar un trauma”, advirtió el psicólogo.

Los expertos coinciden en que la prevención de la violencia obstétrica pasa por una mayor sensibilización y formación del personal de salud, así como por el fortalecimiento de los mecanismos de denuncia y protección de los derechos de las mujeres.

Hay que erradicar la violencia hacia las mujeres

Es urgente que se tomen medidas efectivas para prevenir y erradicar la violencia obstétrica en Chile, garantizando que todas las mujeres embarazadas reciban una atención respetuosa y de calidad durante todo el proceso de gestación, parto y postparto.

Solo a través de la educación, concienciación y acciones concretas podremos contribuir a la eliminación de la violencia obstétrica y asegurar que todas las mujeres puedan vivir esta etapa de sus vidas de forma segura y respetuosa.

Es responsabilidad de todos trabajar juntos para lograr un cambio real y proteger los derechos y la dignidad de las mujeres embarazadas en nuestro país.

A la espera de novedades sobre la Ley Adriana

Aunque desde varios meses no hay avances en torno a la Ley Adriana, la Violencia Obstétrica es algo real.

Desde el año 2012 el respaldo que tienen las personas gestantes para hacer cualquier denuncia es la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes.

Entre algunos de los derechos de los pacientes que podrían vincularse al ámbito obstétrico están el trato digno antes, durante y después del parto; la entrega de información clara y oportuna para la toma correcta de decisiones; el derecho al acompañamiento; aceptar o rechazar un tratamiento, entre otros.

En esta ley, en el ámbito obstétrico se destaca el derecho a trato digno y respetuoso durante el parto, derecho a la información requerida y la toma de decisiones, el derecho al acompañamiento y derecho a la fisiología del parto.

Denuncia

Ante todo esto, la manera en la que se puede hacer una den uncia formal por Violencia Obstétrica, tal como explica la Fundación Ovo Chile.

Denuncia en la Oficina de Informaciones y Reclamos (OIRS), en caso de que el parto/ cesárea haya ocurrido en alguna institución de Salud Pública; por lo general el periodo de respuesta es de 15 días. Si es que fue en un recinto privado debe ser en la Oficina de Servicio al Cliente.

Luego de recibir una respuesta y en caso de que esta no sea satisfactoria, hay que seguir adelante con el reclamo en la Superintendencia de Salud.

Tras esto debes “solicitar mediación ante la Superintendencia de Salud (pues es un requisito para ejercer acciones jurisdiccionales con posterioridad)”, explican desde Ovo Chile.

Finalmente, tendrás que presentar una demanda ante los tribunales ordinarios de Justicia “para lo cual se debe buscar un abogado particular que lo patrocine y vea si el caso es judicializable”, aseguraron.

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