La XXIX Cumbre Iberoamericana inicia este jueves en la ciudad de Cuenca, Ecuador, con la notable ausencia de varios líderes importantes de la región, revelando divisiones políticas y un aparente desinterés en el multilateralismo.
A la cita en la ciudad histórica asistirán menos de diez jefes de Estado de los 22 países convocados, entre ellos el rey Felipe VI de España, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, el mandatario portugués Marcelo Rebelo de Sousa y el anfitrión Daniel Noboa.
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Bajo el lema “Innovación, inclusión y sostenibilidad”, la cumbre representa un desafío para Noboa, cuyo país se enfrenta a una crisis energética debido a una sequía histórica y al aumento de la violencia relacionada con el crimen y el narcotráfico.
Según el excanciller ecuatoriano Francisco Carrión, la baja asistencia refleja una “falta de interés” y la existencia de conflictos que dificultan la cooperación en la región.
AUSENCIA DE PRESIDENTES DE MÉXICO Y COLOMBIA
La ausencia de figuras como la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quienes han cancelado sus participaciones por diversas razones, ha generado polémica.
También está en duda la asistencia del presidente argentino Javier Milei, quien, según medios locales, tiene previsto viajar a Estados Unidos para reunirse con el presidente electo Donald Trump.
Además, la reunión podría estar marcada por las recientes tensiones internacionales, como el regreso de Trump a la Casa Blanca y sus advertencias de aranceles y deportaciones masivas que afectarían a varios países de la región.
EVENTO COINCIDE CON LA APEC Y EL G20
La cumbre coincide con eventos de alto nivel en otros países, como la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Perú y la cumbre del G20 en Brasil.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha decidido no asistir para centrarse en los preparativos de la cumbre del G20, lo que suma a la “cumbritis” o sobrecarga de cumbres internacionales que, según el investigador Carlos Malamud, ha diluido el interés por la reunión iberoamericana.
A pesar de estos desafíos, el gobierno ecuatoriano afirma estar preparado para garantizar la seguridad y el suministro eléctrico en Cuenca, en medio de apagones que afectan al país.
La canciller Gabriela Sommerfeld enfatizó la importancia de la cumbre para fortalecer la cooperación iberoamericana y adoptar medidas en temas como el desarrollo sostenible y el combate al crimen organizado trasnacional, una prioridad en un país afectado por el narcotráfico y con una tasa de homicidios que ha alcanzado niveles récord.
Mientras tanto, sectores indígenas y trabajadores han organizado una “contra cumbre” para el viernes, que incluye protestas bajo el nombre “Cumbre de los Pueblos”, en un intento de expresar sus demandas en paralelo a la reunión oficial de líderes iberoamericanos.
