También a través de una carta, la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, respondió a las acusaciones por su solicitud de dimisión del ex embajador de Chile en Francia José Miguel Capdevila.
A juicio de la personera de Gobierno, el ex representante diplomático «hace una serie de aseveraciones imprecisas o que decididamente faltan a la verdad, y que, por tanto, creo necesario aclarar».
A través de su misiva en El Mercurio, la autoridad aseguró que el sumario administrativo contra el embajador por denuncias de dos personas por maltrato y acoso laboral en la Embajada de Chile en Francia «no fue de manera alguna la causa para solicitar su renuncia».
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Asimismo, explicó que, tras el proceso administrativo y aplicada una multa del 20% de su remuneración, «lo cité a mi oficina y, en mi calidad de jefa de Servicio, le ofrecí dos opciones para que asumiera como jefe de Misión. Rechazó ambas».
Según De la Fuente, Capdevila solicitó «exclusivamente una asignación que no estaba disponible».
«Una división específica, bajo condiciones especiales, petición que por razones de forma y de fondo era imposible aceptar», agregó.
La subsecretaria destacó que los funcionarios públicos saben que no existe un derecho «a demandar o exigir una determinada función, constituyendo la asignación de tareas una atribución exclusiva de la jefatura administrativa, de acuerdo a razones de buen servicio».
EL AGREEMENT O BENEPLÁCITO
De la Fuente también especificó que la solicitud de beneplácito a otro país para un embajador «se maneja en la más estricta reserva, pues ello involucra no solo a una persona o a una institución, sino también a la buena relación que busca construirse entre dos países amigos».
«Conforme al Derecho internacional, el Estado receptor tiene una prerrogativa absoluta de conceder o no un beneplácito, para lo que usualmente examina con detención los antecedentes de los embajadores que se le proponen», añadió.
Capdevila atribuyó a «la impericia de la subsecretaria Gloria de la Fuente» que no haya prosperado su nombramiento en Canadá.
Al respecto, la subsecretaria destacó que «ese proceso se realiza sin necesidad de consulta con el Estado solicitante. Por lo mismo, ese tema no fue, ni podría haber sido, materia de las consultas políticas que sostuve con mis contrapartes canadienses en 2023».
Recalcó también que «el cargo de embajador es de exclusiva confianza presidencial».
Asimismo, aseveró, «la Cancillería tradicionalmente espera que los embajadores y embajadoras estén disponibles para representar a Chile ahí donde su tarea es necesaria, para que nos represente con profesionalismo e integridad en el exterior».