Miguel Crispi, jefe de asesores del Presidente Gabriel Boric, enfrenta un creciente llamado desde el Socialismo Democrático para que abandone su cargo.
Esto luego de que se revelara que omitió información crucial a los fiscales sobre una reunión con la diputada Catalina Pérez (RD) vinculada al caso Democracia Viva.
La polémica generó un punto de inflexión en los cuestionamientos que ya recaían sobre él por su manejo en diversas crisis que han impactado al Ejecutivo.
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El senador socialista Fidel Espinoza fue uno de los primeros en criticarlo públicamente, señalando en su cuenta de X que “si estás metido en cada embrollo en que se ha envuelto el gobierno, con sus erráticas asesorías al Presidente, y además omites información clave ante fiscales, ¿es posible que pretendas seguir en el cargo?”.
Este se comparte entre otros miembros del PS y el PPD, quienes ven en Crispi un obstáculo para la agenda presidencial.
Dirigentes como Camila Musante, jefa de bancada del PPD, y el diputado socialista Marcos Ilabaca, son categóricos en que Crispi debería dar un paso al costado.
Asimismo, Ilabaca declaró que su permanencia «es un problema constante para el Ejecutivo», mientras que Jaime Araya (PPD) ironizó sobre la situación al preguntarse si las omisiones de Crispi eran «involuntarias o de mala fe».
POSTURA DEL GOBIERNO
La estrategia del gobierno, en tanto, ha sido distanciarse del caso. La vocera subrogante, Aisén Etcheverry, y otros miembros del gabinete han evitado pronunciarse directamente sobre la situación, alegando que el caso está en manos del Ministerio Público.
Sin embargo, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, se refirió el pasado viernes a los nuevos antecedentes sobre posible ocultamiento de información por parte de Crispi.
“Todos estos elementos son parte de una carpeta de investigación y, sin duda, el Ministerio Público, como organismo autónomo que dirige esa investigación, va a tenerlo en cuenta para solicitar las acciones que sean correspondientes”, dijo al respecto.
Mientras tanto, el oficialismo continúa expectante ante la decisión del Presidente Boric, quien hasta ahora no ha dado señales de que planee prescindir de Crispi, pese a las presiones crecientes desde el Socialismo Democrático.