Una delegación rusa, encabezada por el viceministro de Exteriores Mijaíl Bogdánov y el enviado especial del Kremlin para Siria, Alexandr Lavrentiev, llegó este martes a Damasco, según informó la agencia TASS.
Este es el primer encuentro oficial de Moscú con las nuevas autoridades sirias tras la salida del expresidente Bashar al Asad.
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Bogdánov, también representante del presidente ruso Vladímir Putin para Oriente Medio, señaló que la embajada rusa en Damasco ha mantenido contactos «diarios» con el nuevo gobierno del país.
«Estamos comprometidos con apoyar los esfuerzos para la normalización de la situación en Siria, lo cual requiere un diálogo nacional inclusivo», declaró.
BASES MILITARES Y CAMBIOS EN SIRIA
Rusia ha evitado dar detalles sobre la situación de sus bases militares en Siria, elementos clave para su estrategia en Oriente Medio y el norte de África.
En declaraciones recientes, Putin negó que la salida de Asad haya significado una derrota estratégica para Moscú.
«Le aseguro que no es así. Rusia ha cumplido, en términos generales, sus objetivos en Siria», aseguró el mandatario, recordando que la presencia militar rusa en el país comenzó hace una década para evitar la formación de un enclave terrorista.
Putin también reconoció los cambios acelerados en el panorama sirio, incluyendo transformaciones internas en los grupos que desde 2011 combatieron al régimen de Al Asad.
En diciembre, la Duma estatal rusa aprobó una ley que excluye al Organismo de la Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham), actual controlador de Damasco, de la lista de organizaciones terroristas.
Esta visita marca un nuevo capítulo en las relaciones ruso-sirias, en un contexto de reconfiguración política tras más de una década de conflicto en el país árabe.
Una delegación de funcionarios rusos ha llegado a #Damasco por primera vez desde el derrocamiento del Gobierno de Bashar al Asad.
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