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Día Mundial del Síndrome de Down: Un llamado a la inclusión

Por Allan Santander

Periodista

Síndrome de Down
Imagen referencial (Foto: Está Pasando)
Cada 21 de marzo, el mundo se detiene para conmemorar el Día Mundial del Síndrome de Down, una fecha que invita a la reflexión sobre la inclusión, la diversidad y los derechos de las personas con esta condición.

Cada 21 de marzo, el Día Mundial del Síndrome de Down, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, nos recuerda la importancia de construir una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad.

Esta jornada busca promover los derechos de las personas con síndrome de Down, combatir la discriminación y fomentar su plena participación en todos los ámbitos de la vida social.

La elección del 21/3 no es casual. Se refiere a la trisomía del cromosoma 21, un detalle genético que caracteriza a quienes viven con esta condición. Esta alteración puede derivar en diversos grados de discapacidad intelectual y características físicas distintivas, aunque cada persona con síndrome de Down tiene talentos, intereses y personalidades únicas.

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UNA FORMA DE VISIBILIZAR LA DIFERENCIA

Una de las iniciativas más destacadas del Día Mundial del Síndrome de Down es la campaña de las calcetas desparejas y de colores llamativos.

Surgió como una forma simbólica de generar conciencia sobre la diversidad genética, representada visualmente en los calcetines que imitan la forma de los cromosomas. A través de esta sencilla acción, se invita a reflexionar sobre la importancia de aceptar y valorar las diferencias.

Esta campaña ha trascendido fronteras. En redes sociales, familias, escuelas y empresas de todo el mundo se han sumado a la causa, usando medias de diferentes colores como un gesto de apoyo. En nuestro país, por ejemplo, es común ver fotos de niños, adultos, o hasta rostros de televisión, participando en esta acción simbólica, destacando la importancia de la inclusión.

UN LLAMADO A LA EMPATÍA

El síndrome de Down ha existido siempre como parte de la condición humana. A lo largo de la historia, las personas con esta condición han enfrentado diversos retos en cuanto a su integración en la sociedad. Sin embargo, los avances en salud, educación inclusiva y apoyo social han mejorado notablemente su calidad de vida.

La incidencia mundial del síndrome de Down es de aproximadamente 1 de cada 1.000 nacimientos, y se estima que la esperanza de vida ha aumentado considerablemente.

Mientras que, a principios del siglo XX, se esperaba que las personas con síndrome de Down vivieran menos de 10 años, hoy en día cerca del 80% de los adultos afectados superan los 50 años. Esto se debe en gran parte a los avances médicos y a la intervención temprana.

CHILE Y SU CAMINO A LA INCLUSIÓN

En países como Chile, donde la prevalencia del síndrome de Down es más alta que en el promedio mundial, el 21 de marzo se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre las políticas públicas y las acciones sociales necesarias para garantizar la plena inclusión de las personas con esta condición.

Según datos de 2021, nacen 2,7 niños con síndrome de Down por cada mil nacidos, una cifra que duplica a la tasa mundial.

“Tenemos una prevalencia que duplica los nacimientos que observamos en muchos otros países del mundo. Esta población debería recibir toda nuestra atención desde salud pública, deberíamos tener medidas específicas para su acompañamiento, a fin de que pudiéramos ofrecer todos los apoyos necesarios para su plena inclusión social y participación”, afirma Marcela Tenorio, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes.

LEGISLACIÓN Y POLÍTICAS PÚBLICAS

En Chile, dos leyes clave han impulsado avances significativos. La Ley 20.422, que promueve la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, y la Ley 21.015, que establece la obligatoriedad de incorporar al menos un 1% de personas con discapacidad en empresas con 100 o más empleados. Estas leyes han permitido visibilizar al colectivo y crear un espacio de inclusión en la sociedad.

Además, iniciativas como el programa PaísDi y el Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE) están ayudando a dar visibilidad política y social a las personas con discapacidad intelectual y síndrome de Down.

“Este año hemos iniciado la implementación de MICARE, un Instituto Milenio que continúa con nuestra investigación”, agrega Tenorio, destacando el compromiso de seguir avanzando hacia la inclusión y el respeto a los derechos humanos.

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