Ni la fe ni la festividad alcanzaron para calmar el frente. Este Domingo de Pascua, lo que debía ser una pausa humanitaria se convirtió en otro capítulo del conflicto entre Rusia y Ucrania. La tregua de 30 horas, anunciada el sábado por el presidente ruso Vladimir Putin, fue rápidamente desmentida por los hechos. Ambos bandos se acusaron mutuamente de violar el acuerdo casi desde su inicio.
Putin sorprendió al mundo al ordenar un cese completo de hostilidades desde la medianoche del sábado hasta la noche del domingo. Desde Kiev, Volodimir Zelenski aceptó la propuesta y aseguró que sus tropas respetarían la pausa siempre y cuando Moscú hiciera lo mismo.
Pero las acusaciones cruzadas no tardaron en llegar.
Lea también: Putin anuncia un alto al fuego unilateral en Ucrania por la pascua
ATAQUES DESDE AMBOS FRENTES
Según el Ministerio de Defensa ruso, «unidades ucranianas intentaron llevar a cabo durante la noche ataques contra posiciones rusas en las áreas de Sujaya Balka y Bogatir», en Donetsk, zona ocupada parcialmente por Moscú. Además, denunciaron ofensivas en las regiones fronterizas de Briansk, Kursk y Belgorod, con víctimas civiles y daños a la infraestructura.
En paralelo, Zelenski no se quedó en silencio. Durante la mañana, acusó a Rusia de lanzar «operaciones» en Pokrovsk y Siversk, en el este del país, y aseguró que el ejército ruso «sigue usando armamento pesado». En su balance, habló de 46 ofensivas rusas y más de 900 ataques en un solo día.
«O Putin no tiene pleno control sobre su ejército, o la situación demuestra que en Rusia no tienen ninguna intención de dar un paso genuino hacia el fin de la guerra», escribió el mandatario ucraniano en la red social X.
A new report by Commander-in-Chief Syrskyi on the frontline as of 12:00 p.m. on Easter Day.
Despite Ukraine declaring a symmetrical approach to Russian actions, an increase in Russian shelling and the use of kamikaze drones has been observed since 10:00 a.m. – with FPV drone…
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) April 20, 2025
WASHINGTON MIRA CON PREOCUPACIÓN
Desde Estados Unidos, la reacción fue de frustración. La administración de Donald Trump advirtió que abandonará los esfuerzos para negociar un acuerdo de paz si no aparecen pronto señales claras de compromiso.
El propio Trump, a punto de cumplir 100 días en el cargo, había prometido poner fin al conflicto «en un día». Hoy, la realidad lo contradice. Su secretario de Estado, Marco Rubio, fue más tajante: sin avances concretos, Washington se retirará de la mesa de negociación.
TREGUA QUE MOSTRÓ DIVISIÓN
Cerca del final del alto el fuego, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó que no había ninguna orden para extender la pausa. «No hubo otras órdenes», declaró a la agencia TASS.
Zelenski, en cambio, volvió a pedir una tregua aérea prolongada de 30 días, advirtiendo que si Rusia no responde positivamente, quedará en evidencia su «intención de prolongar la guerra». Mientras tanto, el ejército ucraniano mantiene la orden de responder de forma «simétrica» ante cualquier ataque.
Este Domingo de Pascua, frente a la catedral de Santa Sofía, en Kiev, Zelenski apareció con una camisa tradicional ucraniana y un mensaje: «Sabemos lo que defendemos. Sabemos por lo que estamos luchando», relató.
En un clima donde la palabra “tregua” parece vacía, el conflicto entre Rusia y Ucrania sigue su curso. Y la paz, una vez más, queda para después.