Australia eliminará desde el 14 de julio las restricciones que hasta ahora impedían que muchas personas del colectivo LGBTI pudieran donar sangre o plasma si habían tenido relaciones sexuales en los últimos tres meses.
El cambio fue anunciado este miércoles por Lifeblood, el servicio de donación de sangre de la Cruz Roja Australiana, y respaldado por la agencia nacional de regulación de medicamentos.
Según la normativa anterior, cualquier hombre que hubiese tenido relaciones sexuales con otro hombre debía esperar tres meses antes de ser elegible como donante, lo que en la práctica excluía a muchas personas del colectivo. Esta medida había sido duramente criticada por organizaciones defensoras de derechos humanos y expertos en salud pública, al considerarla obsoleta y estigmatizante.
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Los nuevos criterios permitirán a la mayoría de las personas donar plasma sin periodo de espera, incluso si están tomando profilaxis preexposición (PrEP), un medicamento utilizado para prevenir la infección por VIH.
Además, cualquier persona —sin distinción de género u orientación sexual— podrá donar sangre si ha mantenido una relación sexual monógama durante al menos seis meses.
A partir de 2026, los formularios de donación ya no preguntarán si un hombre ha tenido sexo con otro hombre, sino si cualquier persona ha tenido relaciones sexuales anales con parejas nuevas o múltiples, lo que establece criterios de evaluación de riesgo más equitativos.
Jo Pink, directora de Lifeblood, reconoció que las normas anteriores habían contribuido al estigma hacia la comunidad LGTBI. “La seguridad siempre será nuestra prioridad, pero estas nuevas reglas reflejan un enfoque más justo, moderno y basado en la evidencia científica”, indicó.
Australia se suma así a países como Reino Unido, Canadá y la mayoría de Latinoamérica, que han eliminado este tipo de restricciones. Mientras tanto, en países como China, Venezuela o Turquía, las donaciones de sangre por parte de personas homosexuales continúan vetadas.
