Este martes, la propuesta de reforma de pensiones respaldada por el Ejecutivo avanzó a la Sala de la Cámara de Diputados, donde los legisladores presentaron sus argumentos para decidir sobre la idea de legislar.
Según informes, el gobierno ya aseguró los votos necesarios para continuar con el proceso de la iniciativa y obtener respaldo para la idea de legislar en la etapa que comenzó en esta jornada en la Corporación.
Esta afirmación se sustenta en la declaración de apoyo de los diputados Karen Medina y Rubén Oyarzo del Partido de la Gente (PDG) y Andrés Jouannet de Amarillos por Chile.
A pesar de las modificaciones anunciadas por el Ejecutivo y la aprobación de la reforma previsional por parte de la Comisión de Hacienda el lunes, la oposición ha mantenido su posición en contra del proyecto, como se evidenció en los argumentos presentados durante la discusión en la Sala.
OPOSICIÓN
El diputado independiente Johannes Kaiser (ex republicano) expresó que «se trata de un sistema de redistribución entre aquellos que cotizan y aquellos que no lo hacen», destacando el caso de personas recién llegadas de Venezuela que, habiendo cotizado solo un año, recibirían la misma cantidad de dinero que un ciudadano chileno que ha cotizado durante 30 años. Además, criticó las políticas del gobierno y la izquierda que, según él, han contribuido al aumento de la informalidad laboral.
El diputado de Evópoli, Francisco Undurraga, argumentó que el gobierno buscó votos de manera apresurada y anunció su voto en contra de la iniciativa, no porque menosprecie la importancia del debate previsor, sino porque considera que la discusión merece ser más profunda y centrada para abordar las preocupaciones genuinas de la ciudadanía.
El diputado republicano Luis Sánchez enfocó sus críticas en la gestión de los recursos, describiendo la reforma como un intento de apoderarse del lucrativo botín del mercado de capitales. Además, acusó al Frente Amplio y al gobierno de utilizar los fondos de las cotizaciones para capitalizar empresas estatales deficitarias, sin reinvertir las utilidades para innovación y fortalecimiento.
En su conclusión, Sánchez predijo que esta reforma podría convertirse en el próximo Transantiago, con costos significativos para la población sin consecuencias para quienes promovieron esta decisión irresponsable. Los republicanos anunciaron su voto en contra y expresaron su interés en conocer la posición del centro sobre este tema.
