Irán ejecutó a un manifestante con discapacidad mental. Las autoridades iraníes ejecutaron a Mohamed Ghobadlou, un joven de 23 años, acusado de delitos relacionados con las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini.
La ejecución de Ghobadlou se llevó a cabo la mañana de este martes, después de 487 días de procesos judiciales.
Según las autoridades iraníes, Ghobadlou atropelló a un grupo de policías en septiembre de 2022, causando la muerte de uno de ello e hirió a otros cinco en Parand, una ciudad en la provincia de Teherán.
Amnistía Internacional denunció que Ghobadlou sufria de una «discapacidad mental de largo plazo» y que fue condenado en un «juicio amañado, marcado por confesiones obtenidas mediante torturas».
Aunque Ghobadlou había sido sentenciado a dos penas de muerte por «corrupción sobre la tierra» a finales de 2023, el Tribunal Supremo iraní suspendió la condena para revisar su estado mental.
Sin embargo, los tribunales finalmente descartaron problemas mentales y procedieron con la ejecución.
Ejecución es condenada por organizaciones de derechos humanos
Narges Mohammadi, activista iraní detenida por defender los derechos de las mujeres en el país, publicó en respuesta a la ejecución de Ghobadlou: «La ejecución de Mohammad Ghobadlou es un acto deliberado de asesinato y un crimen. Ante un asesinato, el silencio es traición».
Esta ejecución se suma a otras realizadas en el contexto de las protestas en Irán. El 12 de diciembre de 2022, Irán ejecutó públicamente a Majid Reza Rahnavard, acusado del asesinato de dos agentes de seguridad. Rahnavard fue arrestado en noviembre de ese año, juzgado y condenado a muerte en un corto período de tiempo.
La ejecución de Ghobadlou ha sido condenada por organizaciones internacionales de derechos humanos, que han denunciado la impunidad con la que las autoridades iraníes están reprimiendo las protestas.
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