Misión de Paz de presidente interino de la UE está generando tensión en el bloque
Viktor Orbán, tras asumir la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, ha visitado varios países con políticas geopolíticas opuestas. Durante una semana, se reunió con los presidentes de Rusia, Ucrania y China, y el expresidente Donald Trump.
Esta agenda de política exterior ha suscitado recelo entre los líderes del bloque europeo, quienes han manifestado su distanciamiento con sus acciones.
El primer ministro húngaro viajó a Kiev para persuadir a Volodymyr Zelenskyy de abrirse a negociaciones. Posteriormente, se desplazó a Moscú para reunirse con Vladimir Putin, siendo el primer líder europeo en visitar Rusia desde el inicio de la guerra en 2022. Su siguiente destino fue Beijing, donde se encontró con Xi Jinping, y el 11 de julio tenía planeada una reunión con Donald Trump.
Esta agenda ha generado descontento entre los líderes europeos, quienes subrayan que Orbán ha llevado a cabo estas reuniones a título personal, no como representante del Consejo de la Unión Europea (UE). Olaf Scholz, canciller alemán, afirmó: «Orbán visita a Putin como primer ministro húngaro. La posición de la UE es clara: condenamos la guerra de agresión rusa».
Francia también se alineó con esta postura. Emmanuel Macron, presidente francés, señaló que si bien es legítimo que Orbán realice estos viajes, lo hace como primer ministro de Hungría, no como representante europeo.
La misión de paz 3.0
Orbán ha denominado a su agenda de viajes como ‘misión de paz 3.0’, buscando aprovechar la presidencia del Consejo de la UE para poner fin a la guerra en Ucrania. Hungría ha mantenido una cercanía pública con Rusia, bloqueando sanciones contra el Kremlin.
Ulf Thoene, profesor asociado en la Universidad de la Sabana, opina que la UE «debería estar agradecida» con Orbán por intentar dialogar con todas las partes del conflicto. Putin, por su parte, destacó un «intercambio de opiniones profundo, directo y honesto» sobre el conflicto ucraniano durante su reunión con Orbán.
Orbán también considera importante incluir a China en los diálogos, viendo a este país como una fuerza mediadora entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, la UE y Estados Unidos no apoyan la propuesta de Orbán, quien no tiene el mandato de representar a la UE en estas visitas.
La frustración de la OTAN y la misión 4.0
En la cumbre de la OTAN, Orbán presentó su ‘misión de paz 4.0’. Aislado en la reunión, su reciente agenda ha generado molestias tanto en la UE como en la alianza militar. Jens Stoltenberg, secretario general saliente de la OTAN, pidió a Orbán compartir el contenido de sus conversaciones con Rusia y China. Estados Unidos también expresó su desacuerdo con que Orbán lidere esta estrategia de paz.
Durante la cumbre, el tema principal fue la guerra en Ucrania y la ayuda a Kiev. Hungría se opuso a puntos clave de la ayuda, aunque no impidió que la alianza tomara medidas. Orbán reafirmó que Hungría no participará en la misión OTAN-Ucrania para entrenar soldados, pero continuará fortaleciendo sus capacidades de defensa. El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, señaló que una segunda presidencia de Donald Trump aumentaría las esperanzas de paz en Ucrania. También afirmó que Hungría no quiere que la OTAN se convierta en un bloque «anti-China».
Guillermo Fernández, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, opina que, aunque las acciones de Orbán no coinciden con la postura hegemónica de la UE, dentro de cada país hay partidos que simpatizan con su agenda internacional. Según Tomás Molina, politólogo y doctor en Filosofía, el plan de Orbán ha causado reticencia entre los líderes europeos, quienes creen que sus acciones no favorecen los intereses y objetivos del bloque.
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Peace mission 5.0
It was an honour to visit President @realDonaldTrump at Mar-a-Lago today. We discussed ways to make #peace. The good news of the day: he’s going to solve it! pic.twitter.com/AiTRsdexM5— Orbán Viktor (@PM_ViktorOrban) July 12, 2024
