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Conozca el fascinante Ecomuseo de Cobquecura

Tebni Pino Saavedra

Periodista. Magister en Comunicaciones, con amplia experiencia en medios nacionales e internacionales

Sus dependencias, instaladas en una antigua casona patrimonial (localizada en Independencia 98), fue inicialmente construida en los 1800 en el apogeo de la exportación del trigo y carbón desde el puerto de Bucupureo.

Conozca el fascinante Ecomuseo de Cobquecura que rescata una importante muestra de historia, arquelogía y tradiciones de ese importante lugar.

Hace 20 años la artista plástica Silvia Fernandez-Stein, radicada en Estados Unidos, dio vida al EcoMuseo de Cobquecura, como un aporte familiar al bicentenario, con la finalidad de rescatar y difundir la historia, medio ambiente, arqueología y tradiciones de Cobquecura y Ñuble.

Dos siglos de historia

Sus dependencias, instaladas en una antigua casona patrimonial (localizada en Independencia 98), fue inicialmente construida en los 1800 en el apogeo de la exportación del trigo y carbón desde el puerto de Bucupureo.

“El 2004, cuenta Silvia, encontramos esta casona. El jardín histórico era lo único que estaba bien. Así siendo la compramos aún destruida.

Luego nos dedicamos a la tarea de dejarla restaurada/recreada, contratando a aproximadamente 40 trabajadores, incluyendo 11 mujeres que aprendieron carpintería, gasfitería y electricidad”.

Sobrevivió al terremoto del 2010

Tras del terremoto del 27 de febrero cuando Cobquecura marcó el epicentro de uno de los mayores eventos telúricos de este siglo (8,8 grados en la escala de Mercalli), el daño no fue menor, “y tuvimos que reparar techos y pisos, los principales afectados”.

Sus viejas pero firmes paredes de tabiquería de madera revestida en tierra, a pesar de la violencia del movimiento, resistió estoicamente y su estructura colonial aún conserva los rasgos que la identifican y destacan entre las casonas del pueblo.

Aquí es necesario considerar que Cobquecura, ha sido destacada doblemente en la Región del Ñuble como Monumento Nacional (Santuario de la Naturaleza y Zona Típica o Pintoresca).

También un cómodo hotel

La casona alberga entre sus paredes, además del EcoMuseo, el Hotel Boutique con todas las comodidades de un moderno hotel (wifi, jardín, salón de uso común y terraza).

Todas las unidades tienen zona de estar, TV de pantalla plana con canales vía satélite y baño privado con artículos de aseo gratuitos y ducha.

También poseen nevera, minibar y hervidor.

Se puede descubrir la zona practicando ciclismo en los alrededores, lo que permite a los visitantes acercarse hasta la lobería, conformada por formaciones rocosas declarada Santuario de la Naturaleza y que alberga a aproximadamente dos mil ejemplares de lobos marinos de un pelo (Otaria Flavescens) , terminando en el Plutón Triásico Tardío (Iglesia de Piedra) que hace su aparición al margen suroeste de Gondwana en el Triásico (200 millones de años)

El Museo

“La idea principal que tuvimos al crear el EcoMuseo fue homenajear a nuestros pueblos indígenas que, aunque poco reconocido por la historia, salvó a Europa del hambre pues luego de descubierto el territorio americano se transformó en el principal proveedor de alimentos del mundo”, cuenta Silvia.

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Y es precisamente entre sus paredes, que el visitante podrá encontrar, desde antiguas urnas de cerámicas precolombinas de la Cultura “El Vergel” y diversas herramientas usadas en el campo.

También la diversidad floral con 26 variedades de copihues chilenos y otras creaciones internacionales, plantas que fueron llevadas a Francia e Inglaterra.

Copihues nuestra flor nacional

“Para apreciar mejor el valor de nuestro museo- comenta- conservamos siete variedades de copihues originarios de este pueblo.

Además tenemos, en la costa, plantas de Clima Mediterráneo.

Se conocen unas 2.400 especies, el 23% de las cuales son endémicas de Chile.

Y en términos plásticos, una cautivadora exhibición de acuarelas criollas en un espacio que constantemente se ofrece para exhibición de trabajos de artistas emergentes, principalmente de la

Región de Ñuble

Orgullo de esa tierra son, Mariano Latorre, Premio Nacional de Literatura 1944, padre del criollismo quien cambia la visión de la literatura chilena y Fidel Sepúlveda conocido escritor quien ha promovido el patrimonio histórico y cultural de Cobquecura.

Ello, en diversos centros de formación, principalmente en la Universidad Católica, además de sus mujeres destacadas por la mantención de las costumbres y artesanía tradicional.

“Cobquecura- concluye Silvia, orgullosa- es un lugar mágico donde se aprecia la historia del planeta”.

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