Las palabras las dijo durante el funeral de su esposo la viuda del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, refugiado en Chile que fue secuestrado desde su casa, asesinado y luego enterrado dentro de una maleta bajo 1,4 metros de cemento:
“Le pido a todos los chilenos que no permitan que manchen el nombre de su país, que salga la verdad. Defiendan su soberanía”.
Afirmación que le echa más pelos a la sopa a un caso que tiene de cabeza a las policías, el Gobierno y la fiscalía. Y que ya tiene inquieta a la ciudadanía, que no tiene recuerdos de un hecho como este en el país, donde se mezclan el crimen organizado, la intriga, la conspiración y las desconfianzas en proporciones que varían según quién lo mire.
“NO ENGAÑEN A SU PUEBLO”
La familia y amigos de Ronald Ojeda no tienen duda de que la orden de matarlo vino del Gobierno venezolano.
“Les pido que no permitan que manchen el nombre de su país y se burlen de su soberanía. Espero que los encargados de la investigación y de todo este proceso no callen y digan la verdad”, dijo la viuda.
Que “no engañen a su pueblo y no sean cómplices. Es un secreto a voces. Todo el mundo sabe quién es el culpable”, agregó.
Y lo dijo con todas sus letras.
“Quiero que mi esposo sea recordado como un héroe, porque eso es lo que él fue. Quiero que les quede claro que ha sido un mártir. Mi esposo ha sido víctima, solamente por querer la libertad de Venezuela”, expresó.
“ALGO PASÓ”
“En un trabajo investigativo uno no puede descartar ninguna hipótesis”, advierte el exprefecto de la Policía de Investigaciones (PDI) Eduardo Labarca a EstaPasando al ser consultado si cree que en este caso hubo una labor de inteligencia.
Y enumera algunas posibilidades: una acción de un gobierno extranjero; que este haya contratado los servicios del crimen organizado; que el crimen organizado haya visto en él a una posible víctima y que “ante la inmediatez mediática que se produjo hacen lo que han hecho en otras oportunidades”, que es matar y esconder, como sucedió con los cuerpos que se encontraron enterrados en Curacaví y cuyo crimen fue atribuido al Tren de Aragua.
Por lo tanto, añade, no se descarte que haya habido un trabajo de inteligencia, “ya que efectivamente era una persona de interés, una persona que se había fugado de la cárcel”.
Labarca califica de entendibles las palabras pronunciadas por la viuda de Ronald Ojeda durante el funeral, “porque esa es la premisa que tienen ellos sobre la idea de que un comando extranjero haya penetrado y lo haya secuestrado con la finalidad, en este caso, de dar muerte”.
Su opinión, sin embargo, es algo distinta: “algo pasó entre medio. Quizás hay algo que tiene que dilucidarse, porque cuando hay un secuestro con la idea de dar muerte a una persona, no se da una muerte para esconderlo, sino que lo matan en forma ejemplificadora”.
En este caso, “la idea no era secuestrar para dar muerte y dar una señal de que aquel que se escapa del régimen tendrá este final. No. Hay interrogantes que todavía están en el camino y hay que esperar que la gente que sabe pueda dilucidar esta trama que se está tejiendo”, explica Labarca.
¿INTELIGENCIA?
Entonces.
¿Estamos realmente ante un caso de intromisión extranjera?
¿Es crimen organizado?
¿Es un trabajo de inteligencia el que se realizó bajo nuestras narices?
Gonzalo Yuseff Quirós, exdirector de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) en el primer gobierno de Sebastián Piñera, decía que sí desde hace ya una semana.
«La operación de inteligencia no dice relación con la ejecución por un grupo estatal necesariamente, sino que por el objetivo político de la acción. Las cuestiones de inteligencia son conspirativas, se obra de manera informal, se hace sin registro, con precauciones”, comentaba en El Mercurio de Valparaíso.
PROFESIONLISMO
A su juicio, un secuestro «así de bien hecho no es una obra de un grupo de poca preparación. Lo que pasa es que esa operación la puede realizar alguien de fuerzas especiales o acostumbrado a este tipo de operaciones de inteligencia” y que hay profesionalismo “de los que ejecutaron esta acción».
Asimismo, comentó que queda la duda de “quiénes en definitiva resultan beneficiados con una acción de este tipo».
Yusseff también recordó “la relación del crimen organizado -en particular el Tren de Aragua- con el chavismo es antigua, y en general el quehacer de muchas operaciones se materializa a través de acciones de organizaciones tan flexibles como las que conocemos en este caso».
SECUESTRO ATÍPICO
A poco de hallarse el cuerpo, el fiscal nacional, Ángel Valencia, dijo a Tele13 Radio que efectivamente estábamos ante un rapto atípico. Agregó que “llama la atención el nivel de logística empleado al inicio para este secuestro en particular”.
Sin embargo, añadió, “también tenemos que recordar que no era un ciudadano común y corriente. Era un ex militar, y es posible que eso haya estado en las cabezas de las personas que planearon el secuestro».
Entonces volvemos al tema de la inteligencia.
JUNTEN MIEDO
Un informe de la PDI detalló que, tras al análisis de las cámaras de seguridad del domicilio de la víctima, se estableció «la utilización de información privilegiada para hacer ingreso de manera expedita a la vivienda del afectado, toda vez que los ascensores no se encontraban a la vista desde el sector del hall, no existiendo dudas ni búsqueda al momento de dirigirse al departamento de la víctima».
El documento también identifica a terceras personas como sospechosas de haber entregado información sobre la vivienda y el entorno de Ojeda, porque días antes del delito estuvieron recorriendo el edificio «a modo de inspección, y sin motivo».
Más: Los secuestradores sabían dónde estaban los puntos ciegos en la autopista para hacer cambio de auto. El cuerpo no presentó impactos de bala. Aparentemente para que no se pudiera seguir alguna pista por los casquillos, sino que se estableció que murió por asfixia mecánica posicional.
Y así sucesivamente.
PERSONA DE INTERÉS
Hay bastante consenso en que Ojeda, al estar en calidad de refugiado y con sus antecedentes como opositor a Maduro, debió ser declarado sujeto de interés, es decir, debió haber un flujo de información sobre sus actividades y permanencia en el país.
También sobre la necesidad de contar ya con una ley de inteligencia actualizada.
El viernes, durante una sesión especial sobre el tema en el Congreso, el senador Alejandro Kusanovic (RN) dijo que el asesinato de Ojeda “nos ha permitido constatar nuevamente el descontrol de las fronteras, las fallas y demoras que existen en la persecución criminal (se cree que los sospechosos abandonaron el país por pasos no habilitados)».
Apuntó a «la inoperancia del sistema de inteligencia frente a los grupos armados que provienen del extranjero; el control que el crimen organizado ha alcanzado en los sectores más vulnerables y cómo se están apoderando de los campamentos, tierra de nadie, donde operan sin castigo; y la falta de resultados efectivos y concretos, lo que hace dudar de la real voluntad del gobierno de combatir la criminalidad en Chile».
«VOTEMOS»
Por su parte, la ministra Tohá dijo que, dentro de los temas planteados en la sesión, «hay uno que sugirió el presidente del Senado, que como Ejecutivo queremos tomar el guante”. Esto es, ponerle un plazo a la votación del proyecto de inteligencia que está en la Cámara de Diputados.
“Y que en ese plazo votemos”, enfatizó la secretaria de Estado. Agregó: “Y si de esa votación no tenemos piso para seguir adelante con la votación, veamos un proyecto distinto».
