Política

Demasiado importante para dejarlo en discusión de abogados

Víctor Maldonado R. Sociólogo

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile.

El caso Hermosilla es una ventana a nuestras debilidades institucionales. Una mirada que, como país, no podemos dejar pasar.

Demasiado importante para dejarlo en discusión de abogados Por Víctor Maldonado R.

El caso Hermosilla es una ventana a nuestras debilidades institucionales. Lo que debe interesarnos es saber si en nuestro país se imparte justicia de un modo imparcial o si poderosos de todo tipo presionan para que su balanza se incline.

La credibilidad se está volviendo un bien cada vez más escaso, por eso importa que la verdad se transparente y nos hagamos cargo de lo que se devele. Mucho tendremos que cambiar para que la justicia sea la misma para todos.

Hay una máxima latina muy sabia que dice “festina lente”, que quiere decir apresúrate despacio. En ocasiones como esta es necesario seguir buenos consejos. No es que se haya hecho justicia en este caso, sino que tenemos la posibilidad de que tener una justicia imparcial se haga realidad.

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Por eso debiera llamarnos a sospecha que se celebre tanto que se haya decretado la prisión preventiva de Hermosilla. Los mismos abogados y el mundo político pudieron ver la caída de un poderoso, algo que, en realidad, nunca esperaron presenciar. Lo que significa que eran consciente de su poder.

No nos apresuremos, no actuemos como si hubiera terminado algo que recién empieza. Se ha tirado una hebra y de allí saldrán a colación, primero lo que expresamente se está investigando y, luego, algunas derivadas que valdrá la pena investigar. Es decir, tendremos más de un comienzo.

¿Qué tipo de poder tenía Hermosilla? El de influir, a nombre de los que tienen poder, en quienes podían decidir, beneficiando a otros que querían tener poder.

Si esa era su especialidad, nadie dice que se circunscribiera a un solo sector político. Es más, no habría ejercido influencia si no tenía acceso a todo el espectro de quienes toman decisiones y eso incluye al actual oficialismo.

Lo extraño sería que las sorpresas fueran escasas. Se trata de un poderoso caído, pero no de un débil desmemoriado. Si antes se defendía con su reserva, ahora se defenderá con lo que sabe. Muchos de los que están mirando para el frente, empezarán a mirar para el lado. Es lo que empezará a suceder.

Apresurémonos lentamente, procurando asimilar lo que se va conociendo para empezar a tomar los resguardos institucionales que permitan que la justicia llegue a ser lo que debe ser y que ahora no es.

Lo que hay que evitar es caer en comentar, desde los poderes del Estado, con mucha anticipación, lo que está en tramitación en el tribunal. El que comenta está pidiendo que le repliquen, y cuando muchos de los comentaristas son abogados esto puede terminar distorsionando el interés principal.

Lo que el resto no podemos permitir es que un tema de importancia nacional se convierta en querella de especialistas, que arrojan y reciben de vuelta los pergaminos del otro, usando terminología obtusa apta solo para iniciados.

Cuando al referirnos al caso Hermosilla nos estamos refiriendo a cualquier otra cosa que no sea el contenido mismo de lo que se está juzgando, tenemos que saber que estamos cayendo en una trampa.

Nos distraen los juegos pirotécnicos cruzados, pero no, esto es demasiado importante para dejarlo en discusión de abogados. El velo recién se levanta, no seamos tan ingenuos para pensar que sabemos lo que saldrá a la luz.

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