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Desastre ambiental en Irak, tierras agrícolas se ahogan en petróleo

Editado de medios y agencias internacionales por Cristian Navarro H.

Desastre ambiental en Irak, tierras agrícolas se ahogan en petróleo
Esta problemática ambiental, presente desde 2016, es producto de décadas de conflictos que han deteriorado la infraestructura y generado una grave crisis medioambiental

Desastre ambiental en Irak, tierras agrícolas se ahogan en petróleo

Grandes extensiones de tierra cultivable en Irak, especialmente en la provincia de Saladino al norte del país, se encuentran bajo el asedio de vertidos de petróleo.

La temporada de lluvias invernales agrava la situación, ya que los torrentes arrastran el crudo, creando charcos de agua negra que contaminan cientos de hectáreas de tierras fértiles.

Esta problemática ambiental, presente desde 2016, es producto de décadas de conflictos que han deteriorado la infraestructura y generado una grave crisis medioambiental en un país con abundantes recursos petroleros.

Tierra contaminada no permite el cultivo

La contaminación se extiende por las colinas de Hamrin y los campos agrícolas de al-Meaibdi, evidenciando la incapacidad de las autoridades para encontrar una solución duradera a los derrames de petróleo.

Los agricultores se ven abocados a enormes pérdidas, ya que las tierras contaminadas no permiten el crecimiento de cultivos como trigo y cebada.

Los agricultores responsabilizan a los yihadistas del Estado Islámico (EI) por el saqueo de campos petroleros y la creación de depósitos improvisados que ahora se desbordan con las lluvias.

Las autoridades locales intentan contener la contaminacióvn mediante barricadas de tierra, pero el problema persiste, afectando gravemente tanto a la agricultura como al medio ambiente.

Los agricultores exigen compensaciones, mientras las autoridades intentan coordinar esfuerzos con las compañías petroleras para remediar la situación.

La constante contaminación genera preocupación por los recursos hídricos y la salud de los agricultores, además de los daños a largo plazo en el suelo, que requerirá una costosa rehabilitación.

La dependencia del petróleo en la economía iraquí, donde representa el 90% de los ingresos, subraya la urgencia de abordar esta crisis ambiental.

Sin embargo, hasta ahora, los esfuerzos para compensar a los afectados han sido insuficientes, dejando a los agricultores enfrentando solos las consecuencias de esta catástrofe ambienta.

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