Cuando se habla de narcotráfico inmediatamente nuestros cerebros se imaginan escenas donde aparecen enfrentamientos con armas de fuego entre los delincuentes y la policía. Cinematográficas persecuciones en vehículos, barcos o incluso aviones.
Personas que parecen zombis por el consumo de las drogas. Las cárceles llenas de detenidos por la venta de drogas, etc., etc., etc.
Pero todo eso que vemos es sólo el último eslabón de una cadena muy larga que conforma el narcotráfico.
En este artículo nos queremos detener en el problema más grave que, según los investigadores, trae el tráfico de drogas. La instauración del Narcoestado.
Los narcotraficantes, los huérfanos del Estado
El narcotráfico se ha instaurado en América Latina y en el mundo, porque existen sectores de la sociedad que son marginados y donde la movilidad social no existe. Sectores que se sienten abandonados por el Estado y por el sector privado.
Según el académico mexicano Rubén Corona, en su artículo El Narco, El Estado Paralelo, es en estos sectores donde el narcotráfico se convierte en una alternativa de movilidad social que tiene resultados deslumbrantes. Quienes se dedican a la venta de drogas no solo ven crecer su patrimonio, sino que ven crecer la influencia que tienen sobre los demás.
Para muchos el narcotráfico es la puerta a la buena vida. Les permite ganar dinero rápidamente, lo que les permite salir de la pobreza, compra autos, casas y viajes.
Con el tiempo pasan al extremo del despilfarro y de la vanidad, a gozar de la vida sin que nada ni nadie pueda marcarles límites, sino aquel que su propio poder les confiere.
El académico explica que los narcotraficantes no ven la actividad que desarrollan como algo que pueda cambiar la forma en que funciona la sociedad en su conjunto, sino que como una forma de cambiar su situación personal.
Pero una vez que están dentro de la actividad, se dan cuenta que, gracias al poder que han adquirido, se transforman en una alternativa al estado de derecho y comienzan a competir con el Estado para mantener su poder, iniciando de esta forma los Narcoestados
La guerra por el poder y la pérdida de las garantías individuales
Esta competencia por el poder, según Corona, llevan al aumento de la violencia en las poblaciones. Por una parte, los estados quieren recuperar los sectores que están dominados por el narcotráfico y estos hacen todo lo que está a su alcance para mantenerlo.
El gobierno reacciona incrementando los dispositivos de seguridad, retenes, vigilancia, etc. Esta preocupación por la seguridad conlleva también una reducción de las garantías individuales.
Hay una ecuación que se verifica siempre en estas condiciones: a mayor terrorismo y delincuencia, menores posibilidades de garantizar las libertades ciudadanas. La libertad se va sacrificando en la búsqueda de la seguridad.
El Dr. Gilberto Aranda, académico del Instituto de Estudios Internacionales, de la Universidad de Chile, explicó a Está Pasando, que un buen ejemplo de esta situación es lo que está ocurriendo en Ecuador.
Según el académico en Ecuador ocurrió una migración de los carteles mexicanos y colombianos, que encontraron en el país sectores con institucionalidades débiles, con un Estado muy frágil y que actúo en forma tardía.
El Dr. Aranda, explica que la pandemia del Covid 19, influyo en el aumento del poder de los carteles, ya que el Estado se distrajo en la atención de la emergencia, lo que provocó una ventana de oportunidad la cual los narcos aprovecharon para instalarse y posicionarse en distintos espacios, como las cárceles y los barrios más marginados reemplazando al Estado.
La corrupción como arma narco
Rubén Corona indica en su publicación que, para ganar la guerra contra el gobierno, el narco debe inducir una gran corrupción al interior de su contrario, que es una de las grandes crisis globales que existen en la actualidad.
Los funcionarios públicos, que son captados por los narcotraficantes, favorecen a los delincuentes con acciones y entregando información privilegiada
“La corrupción es un gran elemento que puede inclinar la balanza de la guerra en favor del narco. Ella va exacerbando un problema, grave la impunidad. Corrupción e impunidad van de la mano. Una sociedad que privilegia la seguridad por encima de las libertades es una sociedad militarizada».
«Sin embargo, no sólo el gobierno es capaz de imponer este verticalismo a la sociedad, también los narcotraficantes lo van haciendo a su modo y a su propia medida. El autoritarismo impuesto por el narco a la sociedad civil tiene que ver con el poder que logran los narcotraficantes y con la manera de imponer sus propios intereses”, explica Corona en su Artículo.
Por su parte el Dr. Aranda indicó a Está Pasando que el narco empieza un proceso de simbiosis con algunas élites, “entonces la corrupción es una forma de penetración, es un proceso simbiótico”
Campañas de desprestigio
El Dr. Aranda esplicó además que las campañas de desprestigio de las instituciones contribuyen a que el narcoestado se consolide.
“En la medida que se empiezan a tener campañas sostenidas y completas en contra de las respuestas que puede plantear el Estado, eso va socavando y erosionando la base institucional… Además, los narcos aprovechan los momentos de fragilidad del Estado y sus instituciones para instalarse. Todo lo que sea la deslegitimación las va debilitando más, haciendo un terreno fértil para el arraigo de este tipo de organizaciones criminales”, explicó el académico.
“Chile al igual que Ecuador en los últimos años mutó de ser un país de tránsito de las drogas a ser centros de acopio y de redistribución de la cocaína y otras drogas. Cambio sus funciones para el negocio del narco”. Indicó el investigador.
Pero, para el académico, decir que nuestro país está al mismo nivel que Ecuador, es una distorsión.
“Pero eso no quita que se pueda llegar a estar en una situación semejante si no se toman las medidas con tiempo”, comentó el Dr. Aranda.
Como prevenir
Según Rubén Corona, el mayor problema es que el narco sustituya al Estado y a los privados en la función de abrir posibilidades de trabajo y desarrollo digno de los habitantes de los países.
“Mientras siga habiendo la enorme desigualdad que caracteriza a la sociedad…, seguirá habiendo personas que busquen su sustento por vías alternativas: la migración y el narco. Es deber del Estado, además del combate frontal al narcotráfico, la implementación de mecanismos de justicia social que impidan que más personas elijan este medio”, explica Corona en su artículo.
Por su parte el Dr. Aranda indica que nuestro país tiene que aprender de las experiencias internacionales y dar respuestas adecuadas y oportunas, para que no se transformen en respuestas tardías.
“Es importante ir tomando medidas. Medidas que son también de coordinación internacional, porque esto es un fenómeno transnacional, por lo tanto, su atención requiere, no solo que cada estado asuma tareas en forma separada, sino que se coordine”, indico Aranda
“Chile debiera prepararse en varios ámbitos, como por ejemplo el Internacional. Capacitar o fortalecer a las policitas, etc. Sin lugar a duda un ítem es incrementar el presupuesto para las policías, no es el único, pero es un ítem importante”, agregó el profesional.
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