Por una serie de irregularidades en compras realizadas con tarjetas de crédito institucionales, el Arzobispado de Santiago presentó una querella por los delitos de administración fraudulenta, apropiación indebida y estafa en contra de la jefa de contabilidad de la Vicaría Pastoral Social Caritas.
Según el documento presentado en el 7° Juzgado de Garantía de la capital, en la institución se enteraron de los hechos a través de otra funcionaria.
Lea también: “Veroño”: La estación de transición
Agrega que a la denunciada se lo comunicó la detección de estas irregularidades en una reunión fuera de horario laboral, donde esta reconoció que había utilizado las tarjetas de crédito para cubrir gastos personales, aduciendo un complejo panorama económico y familiar que le afectaba.
En esa oportunidad, estimó el monto sustraído en once millones de pesos.
AUDITORÍA
La auditoria que hizo la Vicaría dijo otra cosa: el monto sería muy superior.
En detalle, detectó que durante 2022 hubo un total de 349 movimientos, de los cuales 94 no estaban respaldados y que sumaban $23.279.579. En 2023 hubo 513 operaciones con la tarjeta de crédito, 157 sin respaldo, por $33.697.449.
Eso significa que el monto total defraudado llegaría a $56.977.028.
Entre los gastos descritos en la acusación figuran $367.500 en la distribuidora de bebidas alcohólicas El Cielo, $145.106 en el restaurante Las Vacas Gordas, $2.856.818 en Falabella, $13.535.574 en Linio y hasta $71.990 en Cotillon.cl, además de otras transacciones en distintas tiendas del retail y plataformas de E-commerce.
PARA NO LEVANTAR SOSPECHAS
De acuerdo con la querella del Arzobispado, la acusada «efectuaba compras con la tarjeta de crédito de la Vicaría, entregando los documentos tributarios que respaldan gastos asociados a los proyectos de compras protegidas a los contadores de la Vicaría para su registro contable».
Asimismo, «ordenaba que, al momento de llegar la cartola física del banco, le fuera entregada de forma inmediata para su revisión y visto bueno».
Eso no habría sido todo: también «ingresaba al voucher con la información contable ya digitada inicialmente, y modificaba cuentas contables, incorporando nuevos registros de gastos, modificando saldos, y distribuyendo a distintas cuentas asociadas a gasto y pasivo».
Posterior a eso «realizaba abonos parciales y en ocasiones anticipados, a la tarjeta de crédito. Lo anterior, con el objeto de generar mayor cupo disponible en la tarjeta y así calzar los saldos contables con la cartola bancaria», se agrega la querella.
