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¿Encontraron el avión de Amelia Earhart?

Javiera Sanzana

Amelia Earhart, una destacada piloto estadounidense, desapareció en las aguas del Océano Pacífico el 2 de julio de 1937, creando uno de los enigmas más persistentes en la historia de la aviación.
Este episodio ilustra la exigencia de Earhart consigo misma en cuanto a sus logros. En 1932, decidida a alcanzar nuevos hitos, emprendió un segundo vuelo sobre el Océano Atlántico hasta llegar a Irlanda del Norte, donde fue recibida con gran celebración por una multitud entusiasta.

Amelia Earhart, una destacada piloto estadounidense, desapareció en las aguas del Océano Pacífico el 2 de julio de 1937, creando uno de los enigmas más persistentes en la historia de la aviación.

Volando en un Lockheed Electra 10E, Earhart, originaria de Atchison, Kansas, tenía el audaz sueño de completar una vuelta al mundo, desafiando las convenciones de género de su época que excluían a las mujeres de tales hazañas.

Sin embargo, su avión desapareció misteriosamente mientras se dirigía a la Isla de Howland, un atolón coralino entre Australia y Hawái, donde planeaba hacer una parada para repostar combustible.

BUSQUEDA

Tras una intensa búsqueda que no arrojó resultados, Amelia Earhart fue oficialmente declarada fallecida el 5 de enero de 1939.

A pesar de décadas de incertidumbre, recientemente una expedición liderada por la empresa Deep Sea Vision ha descubierto una pista prometedora que podría resolver el misterio de la desaparición de Earhart.

Imágenes del sonar capturadas en las cercanías de la Isla de Howland, a una profundidad de unos 4.500 metros, muestran una forma que podría corresponder al avión de Earhart.

AMELIA EARHART

En los Estados Unidos, Amelia Earhart es reverenciada como una pionera que allanó el camino para muchas mujeres que anhelaban surcar los cielos. El momento decisivo que inspiró a Earhart tuvo lugar durante un vuelo de prueba en 1920.

En aquella ocasión, ella acompañó al experimentado piloto Frank Hawks en un recorrido por Long Beach, California. Según National Geographic, Earhart expresó con emoción: «Cuando ascendí hasta los sesenta o noventa metros supe que tenía que volar».

A partir de entonces, se embarcó en una apasionante travesía para convertirse en piloto, comenzando sus lecciones con la instructora Neta Snook.

Para costear sus estudios, Earhart trabajó arduamente como chofer de camión, fotógrafa y taquígrafa, ahorrando cada centavo con el fin de adquirir su primer avión.

HAZAÑAS DE EARHART

Entre 1930 y 1935, Amelia Earhart estableció un total de siete récords en velocidad y distancia, consolidándose como una figura destacada en el ámbito de la aviación. Uno de sus logros más notables fue el vuelo entre Hawái y Oakland, superando marcas que tanto hombres como mujeres anhelaban alcanzar.

Además de sus proezas en solitario, Earhart fue pionera en la aviación estadounidense al realizar vuelos transfronterizos, como el histórico trayecto desde Los Ángeles, Estados Unidos, hasta México, completado en un solo día.

Amelia Earhart siempre buscaba desafíos y metas por superar, como su travesía a través del Océano Atlántico en 1928, cuando voló hacia Gales en medio de una tormenta que amenazaba con derribar su avión. Aunque viajó acompañada por el piloto Wilmer Stultz y el mecánico Louis Gordon, Earhart, según el Servicio Público de Radiodifusión (PBS), rechazó ser elogiada como la primera mujer pasajera en un vuelo transatlántico, declarando: «Stultz realizó todo el vuelo, era necesario. Yo era solo un bulto, como un saco de papas».

Este episodio ilustra la exigencia de Earhart consigo misma en cuanto a sus logros. En 1932, decidida a alcanzar nuevos hitos, emprendió un segundo vuelo sobre el Océano Atlántico hasta llegar a Irlanda del Norte, donde fue recibida con gran celebración por una multitud entusiasta.

POSIBLE HALLAZGO

El director general de Deep Sea Vision, Tony Romeo, explicó que una imagen captada por el sonar muestra contornos que podrían corresponder al modelo Lockheed Electra. «Comenzamos examinando su último vuelo. Estudiamos su ruta, analizamos los patrones de viento, su altitud, y toda la información disponible para identificar un área donde podría haber caído», afirmó Romeo según informó El País.

El equipo de exploración cree que el contorno detectado se asemeja al del biplaza Lockheed perdido. Sin embargo, el siguiente paso implica el uso de una cámara robótica para llegar hasta la aeronave, una tarea que podría llevar varios años debido a que se encuentra a una profundidad de 4.800 metros.

Varmer señaló que se pueden realizar investigaciones no intrusivas para comprender las circunstancias del accidente. «No se trata sólo de los restos del naufragio. Es dónde está y su contexto en el lecho marino. Es parte de la historia de cómo y por qué llegó allí. Al rescatarlo, se destruye parte del yacimiento, que puede aportar información», concluyó.

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