El General Director (R) de Carabineros, Mario Rozas, es quien estaba en el cargo cuando fue el estallido social. Tras dejar la jefatura de la policía uniformada, guardó silencio, hasta ahora, donde concedió una larga entrevista a El Mercurio: «La Moneda y el Congreso estuvieron a punto de caer y gracias a los Carabineros hoy hay Estado de Derecho. Me puedo morir tranquilo».
La institución atravesaba una grave crisis
En ella, el retirado uniformado habló también de otros temas, como la quema del Metro, de los uniformados que perdieron la vista de un ojo, lo que pasó en su vida personal en esos días y lo que estima, habría pasado de no haber actuado como lo hizo durante la revuelta.
Rozas reconoció que su vida se vio alterada en aquellos momentos, mientras se desarrollaba el estallido social: «En los primeros días, al revisar los hechos, de repente despertaba en la noche con sangre en la nariz, zumbido en los oídos», confesó.
“Cuando asumí el mando, la institución -en la que estuvo 35 años- estaba atravesando una grave crisis. Hubo un remezón humano, donde el rol de los guardianes de la seguridad había sido corrompido por unos pocos”, haciendo alusión a lo sucedido con procedimientos adulterados -en la Araucanía- y el desvío de recursos», proceso más conocido como ‘pacogate’.
Sobrepasados
Sobre las primeras semanas del estallido social, dijo: «era un hecho impensado, porque no veíamos que el país estuviera en una situación crítica antes de eso. Pero de repente ver la fragilidad, y cómo grupos organizados, planificados, atacaban la infraestructura de Santiago, fue impactante».
«Y que por un tiempo tan prolongado hubiera quema de inmuebles, saqueos, quema de iglesias, ataque a cuarteles de Carabineros, provoca un grado de desconcierto ante lo que estábamos experimentando como país«, señaló.
El ahora ex uniformado, dijo sobre la quema del Metro de Santiago, que «Me llama la atención cómo nadie ha podido establecer quienes atacaron y quemaron» el tren subterráneo. También dijo que esta fue «planificada» y que tuvieron miedo y que en un momento, se sintieron sobrepasados. reconoció que pasaron de 1200 hombres a cargo de la seguridad pública a cerca de 28000.
La Moneda y el Congreso a punto de caer
También se refirió a lo sucedido con las personas que fueron víctimas de trauma ocular producto de balines o bombas lacrimógenas disparadas por uniformados. Sin contestar de manera directa, señaló: «hasta antes de irme, cinco carabineros habían perdido la visión de un ojo… con impactos balísticos».
Quizás lo más fuerte, fue su convicción de que «La Moneda y el Congreso estuvieron a punto de caer y gracias a los Carabineros hoy hay Estado de Derecho. Me puedo morir tranquilo», dijo, refiriéndose a la posibilidad que el desborde de aquellos días hubiera hecho caer al gobierno de Sebastián Piñera y se hubiera asaltado el Congreso.
Asimismo, señaló que declarará la próxima semana ante la fiscal Ximena Chong por las querellas que mantiene por responsabilidad del mando y negligencia por omisión en casos de violación a los derechos humanos ocurridos en ese periodo por parte de la policía.
