Vaya uno a saber qué pensaba Hugo Bustamante cuando sus propias palabras lo sacaron del lánguido anonimato en el que transcurría, en el Centro Penitenciario de Rancagua, su rutinaria condena a presidio perpetuo por el brutal crimen de Ámbar Cornejo, hija de su pareja, ocurrido en 2020.
La semana pasada confeso que, además de esta última víctima y de una mujer y su hijo que había matado quince años antes -los casos conocidos- el patio de su casa de Covadonga 641, en Villa Alemana, escondía los restos de dos homicidios que cometió en 1996: Eduardo Páez, un excompañero de presidio, y su madre, Elena Hinojosa.
Sus cuerpos estaban cerca de donde, en agosto de 2020, se encontró el de Ámbar Cornejo.
«UNA PAREJA PERFECTA»
Poco a poco salen más datos sobre Bustamante. Ivonne Toro, la periodista de Ciper Chile a la que originalmente le relató sobre estas víctimas desconocidas en medio de las entrevistas que le hizo para «La niña Ámbar», el libro que prepara sobre el ese horrible asesinato, contó algunos detalles en el programa Contigo en la mañana, de Chilevisión.
Por ejemplo, la investigadora relató que le consultó por Denisse Llanos, su pareja y madre de Ámbar Cornejo, también condenada como cómplice por el crimen de la menor.
Le preguntó si alguna vez pensó en matarla a ella también, pues él mismo se reconocía a sí mismo como un psicópata.
Toro aseguró que la respuesta fue: no. Más aun, «me dice que Denisse era perfecta para él, una pareja perfecta».
«Él no señala intenciones con Denisse en ese sentido (de asesinarla). Incluso dice que quiere salvarla, por eso (Llanos) entrega la ubicación exacta de dónde (Bustamante) había dejado el cuerpo de Ámbar», detalló la periodista.
Eran lo tiempos en que no se conocía la participación de Llanos en crimen; hasta ahí solo era considerada como testigo en la investigación.
«El encuentra en ella un complementario, ella la ayuda en sus delitos», sostuvo Toro, para luego agregar que, a su juicio, Llanos también «es una psicópata».
EL RECLAMO DE ÁMBAR
«Quiero dejar un reclamo sobre Hugo Bustamante. Se prohíbe su entrada, porque es un asesino psicópata y puede causar daños a mi familia».
Es parte de lo que, casi como un presagio, escribió Ámbar Cornejo en el libro de reclamos del condominio donde vivía
«Mi mamá no quiere entender, por eso escribo esta nota como un reclamo y para que él no pase nunca más por el departamento. Muchas gracias», agregó.
Sabía que la pareja de su madre era un convicto en libertad condicional por cometer el crimen de Verónica Vásquez y su hijo Eugenio Honorato en 2005, homicidios por los que se adjudicó el apodo de «Asesino del tambor».
El resto es trágica historia.
En julio de 2020, la adolescente de 16 años desapareció después de dirigirse a la casa que Bustamante y Llanos compartían en Covadonga 641. Iba a buscar la pensión alimenticia que mensualmente le daba su padre y no quería compartir con Bustamante.
Es la última vez que la vieron con vida.
