Reportajes

«Influencer» tras las rejas: lucrativa libertad virtual

María Fernanda Pavéz. Periodista

El punto no es la “oferta” de quienes están privados de libertad, es la “demanda” de quienes los financian y buscan.

«Influencer» tras las rejas: lucrativa libertad virtual. También peligrosa para la sociedad y por qué no, también para ellos.

Viven tras las rejas, pero gozan de los beneficios del libre y lucrativo acceso a internet y redes sociales, tal como lo hace un ciudadano normal que no ha sido castigado por el rigor de la ley.

Es sabido que al interior de los recintos penales ingresan con frecuencia dispositivos móviles que les permiten a los reclusos comunicarse con sus familias.

También conseguir dinero mediante estafas telefónicas. ¿Solo eso?

No.

En la actualidad no es sólo eso, a la vez también pueden ser participantes activos de redes sociales, aplicaciones con acceso pagado y métodos de comunicación para conocer personas en libertad con las que posteriormente podrían establecer una relación a distancia.

El crimen de la joven llamada “narco influencer”, quien, pese a estar tras las rejas transmitía gran parte de su vida durante el encierro, abrió las puertas de un submundo especial.

Su muerte, que captó la atención de la prensa por más de tres días, se transformó en el acceso directo a un mundo desconocido.

En las plataformas de Instagran y Tik Tok, encontramos decenas de personajes con más de 100 mil seguidores, cifra que les permite generar ingresos, aun estando en prisión.

Lo sorprendente, es que algunos de ellos logran tal fama, desde la cárcel.

Ellos y ellas guardan un meticuloso silencio acerca de sus identidades y actividades.

Para este reportaje, debimos acercarnos a este mundo alejado del escenario tradicional.

Escribimos a uno de esos “famosos tras el teclado”, un recluso que durante sus noches realiza transmisiones en vivo, las que tienen una duración de una o dos horas.

No fue fácil.

Luego de un mensaje privado le contamos de nuestro interés por conocer ese submundo. Con molestia evadió el diálogo y nos hizo saber que no volvería a hablarnos.

Tres semanas después, como respuesta a la insistencia nos respondió para decir, a regañadientes que sí nos iba a ayudar.

Eso sí, lanzó una especial advertencia: “No se te ocurra decir quién soy, ni me pidas andar ‘sapeando’, acá los sapos pagan y no me voy a poner pah que me la cobren”.

Una vez hecho el pacto pudimos conseguir nuestro objetivo.

Lo anterior, no sin antes consultar al abogado Javier López Rebolledo, quien nos señaló que, al ser una red pública, nuestra comunicación con el interno no incurre en un ilícito.

Una lucha constante

Cifras entregadas por el departamento de comunicaciones de gendarmería indican que, “durante 2023 se decomisaron 26 mil aparatos, a nivel nacional.

Esta cifra fue positiva gracias a la ley dictada en agosto recién pasado, la que establece duras penas a quienes sean sorprendidos con teléfonos móviles al interior de la cárcel”.

El ingreso de estos medios de comunicación se realiza mediante lanzamientos desde el exterior de los recintos penitenciarios, a través de las visitas se introducen de manera subrepticia e incluso se ha detectado el uso de drones para lograr su entrega.

Nos confiesa nuestro contacto al interior del centro penitenciario, que el uso de celulares a reclusos como él, no es nada de sencillo.

“Solo quienes son inteligentes para esconderlos siempre se salvan”, asegura. En el caso de allanamiento, los que perdieron su teléfono y tienen contactos y “calle”, los consiguen de manera casi inmediata.

Lo complejo es el precio que estos tienen. Pueden ser dos o tres veces más caros de los del mundo real.

Claro, los menos experimentados y primerizos, los consiguen, si es que tienen suerte.

La mayoría de los “caneros”, tiene su propio dispositivo móvil. El uso tradicional no es novedad.

En el relato aparece una información desconocida. Una de las redes favoritas de estos avezados delincuentes se llama “Chat Yingo”, un espacio de llamadas tipo “Tinder” donde quien llama escoge a la persona que más capte su atención de un portafolio de contactos.

Efectuado el contacto, una conversación puede extenderse, si ambos participantes lo desean, hasta constituir una relación.

Amistad o romance a distancia, y donde también hay intercambios de fotografías de desnudos o directamente pornográficos.

Quienes participan de esta peculiar red, están en pleno conocimiento del lugar en el que se encuentra su conquista.

Entre Instagram y Tik Tok

Pero volvamos a las redes sociales más usadas entre las personas de 15 a 40 años, Instagram y Tik Tok.

En ambas aplicaciones pueden publicarse videos y efectuar transmisiones en directo que son vistas no solo por seguidores, sino que también por desconocidos.

La única diferencia entre ambas es que en Instagram permite publicar fotografías y dejarlas en un espacio de directa exposición. Algunas, son subidas de tono.

Ellas sirven a quienes están privados de libertad, para hacer uso de ellas a modo de entretención.

“No nos da susto la publicación de imágenes y videos que creamos desde adentro durante el encierro. Ya estamos presos”, nos dice nuestro informante.

“Mantenemos actualizadas nuestras publicaciones y escribimos en los muros de personas libres o en nuestra misma condición”.

Llama la atención la tranquilidad con la que usan estas plataformas, pues se exponen con facilidad a ser descubiertos, riesgos que cualquier otro temería enfrentar. “Difícil que nos pillen y puedan sancionar a todos poh”, asegura.

Otros más osados transmiten en directo con frecuencia, con ello generan un alto número de seguidores. La duración de aquella práctica es indeterminada, sobrepasando, incluso, las dos horas de interacción.

Mientras no los descubran.

El éxito de estos personajes se traduce en número de seguidores. Muchos han llegado a más de 100 mil, cifra igualada sólo por “personajes” conocidos a nivel nacional o internacional.

Ingresos económicos de “reos influencers”

Tener más de 100 mil seguidores permite al personaje negociar para promocionar marcas. Mientras más usuarios formen pante de sus cuentas más dinero se obtiene por publicidad.

Claro. Es impensado que cualquier marca de gran categoría cuente con un reo para exponer sus productos, pero sí lo hacen pymes que tengan un público acorde con las personas que se interesan en ese tipo de contenidos.

Todo ello de manera muy informal.

Otra forma de realizar ganancias es por canje, modo de pago en el que la marca asociada financia la ayuda con productos que serán enviados donde el recluso determine.

El abogado Javier López Rebolledo comenta a nuestro medio, que “no existe un tipo penal para eso, ese acto no está sancionado. Entonces, hablamos de ‘vacío legal’”.

Y agrega, “quien genera ingresos publicitando sus servicios o productos a través de una persona privada de libertad tampoco estaría cometiendo un delito”.

Lucha eterna

La dificultad de incautar la totalidad de aparatos móviles y esos vacíos legales que impiden ejercer acción con quienes lucran desde el encierro, muestran que las medidas privativas de libertad aún son débiles para enfrentar la astucia de los presos.

Son ellos quienes parecen tener el toro por las astas, aún así la pelea legal por ganarle a quienes lucran desde su cautiverio o cometen ilícitos aprovechando el uso ilegal de teléfonos, no cesa.

El abogado Javier López advierte que, “la ley 21.594 que modifica el Código Penal, sanciona a aquellos privados de libertad que tengan consigo elementos tecnológicos o distintas formas de comunicación que les permita establecer contacto con el exterior”.

El profesional añade, “los presos que tengan alguno de estos elementos sin autorización, arriesgan penas que llegan 3 años de presidio”.

Nuestro entrevistado comenta, “acá -en la cárcel-, sobreviven los vivos, está difícil, pero tienen que intentarlo, en una de esas la hacen y se ponen vivos ellos”.

Sobre sus planes como influencer el reo aclara, “hay que generar plata y acá dentro a veces es mejor que en la calle”.

Agrega, “yo no soy influencia de nadie, tengo seguidores porque soy inteligente y soy simpático, si entra platita mejor, todo sirve. O qué prefieren, ¿Que robe?”.

El cientista político, Máximo Quitral, señala a nuestro medio, lo que puede considerarse un llamado de atención para la sociedad actual:

“La gente que está privada de libertad se ha transformado en objeto de interés, pues hay una cultura que está instalada hace rato y los ve con admiración, independiente a las causas que los tengan ahí”.

“Ante la ausencia de referentes en Chile ellos están llenando ese vacío, ciertamente la gente busca referentes alternativos a los originales. Esto genera para ellos no sólo recursos económicos sino también atención pública”, sentencia el experto.

Nos despedimos de nuestro informante, no sin antes reafirmarle que su identidad estará resguardada por el secreto profesional. Con cierta dureza responde: “ya, ya, ya. No somos amigos, no me llamen más”.

Remata: “Oye, está bien, dile a tus lectores que no crean na’ de lo que dice la tele afuera, eso es película. Acá adentro las cosas son bien distintas. Nadie se imagina cómo es vivir en la cárcel. Ahí te la dejo, averígualo”.

Una “casa-prisión” preventiva entretenida y rentable

Nadie ha quedado ajeno a la puesta en escena con su nuevo “emprendimiento” en redes a pago, de la otrora candidata a parlamentaria y frustrada empresaria, Camila Polizzi.

Ella desde su casa-prisión vende videos y fotografías de sí misma para un público adulto, curioso y morboso a la vez.

Como un modo de entretención y generar ganancias desde su encierro se integró a las plataformas “Arsmate” y “OnlyFans”, un negocio en el que puede obtener más de 19 millones al mes.

Es más, ya a los 15 días Polizzi había recaudado más de 10 millones de pesos. Cifras a cambio de imágenes en el que el foco de atención es su cuerpo y, sin duda, la curiosidad que tiene el ver a una figura “pública” desinhibida ante las cámaras.

El singular trabajo realizado desde su encierro despertó el interés de quienes criticaron su fuente de ingreso.

La polémica se desató al cuestionar la posibilidad de generar ingresos durante su arresto domiciliario total.

Sobre esto el abogado Diego Barrios nos aclara: “desde lo penal, podríamos decir que esa acción se encuentra dentro del marco legal”.

Continúa, ello, “pues la prisión preventiva es una medida cautelar que busca asegurar, entre otras cosas, que el imputado no sea un obstáculo para la investigación o su fuga”.

Luego de protagonizar uno de los casos más comentados de la política en los últimos tiempos, el llamado “Caso Convenios truchos”. Polizzi en los últimos meses, logró encontrar un rentable ingreso, que esta vez la Corte, negó que se tratara de un acto ilegal..

El punto no es la “oferta” de quienes están privados de libertad, es la “demanda” de quienes los financian y buscan.

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