El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, asignó al líder de la ultraderecha del Partido de la Libertad (FPÖ), Herbert Kickl, la formación de un nuevo gobierno.
Esta decisión histórica sigue a la victoria del FPÖ en las elecciones legislativas de septiembre, donde se posicionaron como la fuerza más votada, y al colapso de las negociaciones con otros partidos.
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En concreto, la tarea de Kickl será negociar una coalición con el conservador ÖVP, cuyo nuevo líder, Christian Stocker, aceptó discutir un acuerdo tras el colapso de las conversaciones previas entre conservadores, socialdemócratas y liberales.
Por su parte, Van der Bellen justificó la medida como un compromiso con el Estado de Derecho y prometió supervisar que las acciones del futuro gobierno respeten los valores democráticos y constitucionales de Austria.
Aunque la ultraderecha ya había formado parte de coaliciones en el pasado, es la primera vez que liderará el Ejecutivo federal. La decisión generó controversia, especialmente por las críticas internacionales y el llamado «cordón sanitario» que los partidos tradicionales habían impuesto al FPÖ.
ORÍGENES DEL FPÖ
El FPÖ es un partido fundado luego de la Segunda Guerra Mundial por antiguos jerarcas nazis y hasta hoy atrae a los círculos más extremistas y derechistas del país.
Los principales líderes del partido, aunque no el propio Kickl, son miembros de cofradías pangermánicas, donde se socializaron en un ambiente nacionalista, xenófobo y antisemita.
Mientras que Kickl se reunió con Van der Bellen, cientos de personas en Austria se manifestaron ante la presidencia federal, para expresar su rechazo y malestar con la posibilidad que el líder del partido de ultraderecha asuma el control del próximo ejecutivo.