Cuatro miembros de las fuerzas de seguridad murieron el martes cuando miles de seguidores de Imran Khan, exprimer ministro de Pakistán, marcharon hacia Islamabad exigiendo su liberación. Los manifestantes, armados con palos y honda, desafiaron gases lacrimógenos y barricadas, intensificando la tensión en el país.
CHOQUES MORTALES Y REPRESIÓN GUBERNAMENTAL
En el oeste de Islamabad, a menos de 10 kilómetros del enclave gubernamental, estallaron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.
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Según el ministro del Interior, Mohsin Naqvi, cuatro paramilitares de los Rangers murieron tras ser embestidos por un vehículo.
«No buscan revolución, sino derramamiento de sangre», afirmó el primer ministro Shehbaz Sharif.
Desde el sábado, Islamabad permanece bloqueado, con carreteras cerradas, cortes de Internet y un despliegue de más de 20.000 policías.
Las autoridades han prohibido reuniones públicas por dos meses y han cerrado escuelas y universidades.
DEMANDAS DEL PTI Y MANIPULACIÓN ELECTORAL
El partido de Khan, el Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), exige su liberación y denuncia manipulación en las elecciones de febrero.
Estas elecciones, según el PTI, fueron diseñadas para mantener a Khan fuera del poder a través de una campaña legal que consideran políticamente motivada.
Khan, una figura carismática y ex estrella de cricket, fue destituido en 2022 mediante un movimiento de censura.
Desde entonces, ha encabezado una oposición desafiante, mientras enfrenta decenas de casos legales, incluidos cargos de corrupción e incitación a disturbios.
CRÍTICAS INTERNACIONALES Y DERECHOS HUMANOS
El Departamento de Estado de EE.UU. pidió moderación tanto a los manifestantes como al gobierno, instando al respeto por los derechos humanos.
Mientras tanto, la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán condenó las medidas restrictivas, que «han penalizado a los ciudadanos comunes».
Analistas locales señalan que el gobierno de Sharif actúa con una «mentalidad de asedio», temiendo ser superado por sus oponentes, lo que ha llevado a una represión continua contra el PTI.
Imran Khan permanece encarcelado desde agosto de 2023, enfrentándose a cargos que incluyen corrupción y disturbios.
A pesar de esto, su partido sigue siendo una fuerza política significativa, lo que sugiere que la crisis política en Pakistán está lejos de resolverse.
