Un grupo de médicos del Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna advirtieron que el centro de salud está enfrentando una «situación crítica» luego del incendio que se registró en sus dependencias en octubre pasado.
Los doctores Verónica Abdala, Diego Acosta, Angel Blanco, Cecilia Briones, Loreto Castellón y Diana Centeno, entre otros, enviaron una carta al diario El Mercurio donde expusieron la situación que vive el principal hospital pediátrico del país.
«Somos médicos cirujanos del Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna que nos sentimos en la obligación de hacer pública la crítica situación que vive uno de los principales centros de salud infantil de nuestro país», comienza el texto, que explica que el incendio destruyó nueve quirófanos y hasta ahora no se han reconstruido.
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SITUACIÓN CRÍTICA
«Transcurridos casi tres meses, no se ha reconstruido ninguno, hemos realizado algunas cirugías en otros hospitales y en un par de pabellones adaptados en nuestra UCI, pero mantenemos una situación crítica, que hace imposible responder a todos los requerimientos de pacientes, cuyas carencias sociales los hace exclusivamente dependientes del sistema público», agregan.
En la carta también expresan que «no hemos visto que las autoridades se hayan acercado al mundo privado para intentar que su ayuda facilite y acelere la rehabilitación de la infraestructura destruida, que según nos informan está retrasada por burocracia administrativa, la misma que no daría el vamos a eventuales convenios que permitirían el uso de pabellones en clínicas privadas. Por ahora solo existe un acuerdo para algunos de nuestros programas».
Los 39 funcionarios que suscriben la misiva también precisan que «como médicos convivimos a diario con la angustia de familias que ven con impotencia que las dolencias de sus hijos no tienen respuesta y nos toca dar la cara, vivir la vergüenza y la frustración de negarles el acceso a los derechos más fundamentales: la salud y la vida en la niñez».
Finalmente, plantean que «entendemos que hoy puedan existir lineamientos que impiden a nuestras autoridades activar la ayuda del mundo privado, pero creemos que en este caso debieran aplicar el viejo y sabio proverbio hipocrático: ‘Primero, no hacer daño'».
