Hace 52 años, Chile celebraba su segundo premio Nobel de Literatura. Dos años más tarde, un fatídico 23 de septiembre de 1973, el país lo despidió en la primera gran reunión masiva tras el golpe de Estado: Han pasado casi 50 años desde la muerte de Neruda.
Para todos Pablo Neruda; Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, para quienes lo conocieron en sus años previos a su seudónimo y cambio oficial de nombre. Fue un poeta, exsenador, comunista y diplomático chileno en los más diversos países del globo.
A 50 años de su muerte, su figura se recuerda con fuertes blancos y negros: desde un violador cancelado; hasta uno de los mayores exponentes de Chile y su cultura.
Ay Patria, sin harapos,
ay primavera mía,
ay cuándo
ay cuándo y cuándo
despertaré en tus brazos
empapado de mar y de rocío.
Ay cuando yo esté cerca
de ti, te tomaré de la cintura,
nadie podrá tocarte,
yo podré defenderteFragmento de “Cuándo de Chile”, Pablo Neruda.
LA MUERTE DE PABLO NERUDA: CÁNCER O VENENO
Durante mucho tiempo, casi los mismos 50 años que convocan este texto, se tuvo como única verdad sobre la muerte de Neruda un cáncer de próstata con metástasis que lo acomplejaba; pero el año 2011 eso cambió.
El exchofer de Neruda era Manuel Araya. Un hombre que falleció a los 77 años en junio de este año, no sin antes, el 2011, denunciar a la prensa que a su jefe lo envenenaron. Producto de ello el 2012, se inició una investigación judicial sobre la muerte del poeta.
Luego, en el año 2017 hallaron en el cuerpo del poeta la bacteria clostridium botulinum. Un microorganismo que provoca botulismo, una enfermedad grave y extraña que ataca los nervios del cuerpo provocando parálisis muscular, dificultad para respirar y sí, también la muerte.
¿Quién y cómo se introdujo la toxina? No sé sabe. No obstante el antecedente su familia está dividida. Rodolfo Reyes, su sobrino, sostiene su muerte a manos del régimen; en tanto Bernardo Reyes, su sobrino nieto, afirma que es sólo una tesis.
Una tesis que no fue comprobada en febrero de este año, cuando los científicos canadienses que estudiaron los restos óseos de Pablo Neruda, Hendrik y Debi Poinar, de la Universidad McMaster, no pudieron comprobar que murió por la bacteria hallada.
«Confío en que el tiempo tendrá que poner las cosas en su lugar y que los jueces emitan un veredicto que sea acorde a los informes médicos», sostiene Bernardo Reyes.
El tiempo es decidido,
no suena su campana,
se acrecienta, camina,
por dentro de nosotros,
aparece
como un agua profunda
en la miradaFragmento de “Oda al Tiempo”, Pablo Neruda.
PABLO NERUDA: CANCELADO Y DEFENDIDO POST MORTEM
En “Confieso que he vivido”, Pablo Neruda confesó póstumamente la violación a una mujer mientras era cónsul en Ceilán -actual Sri Lanka-: “El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia”, escribió.
Su relato pasó al olvido hasta el año en que se popularizó el movimiento #MeToo. Un verdadero fenómeno que a través del hashtag daba a entender que “Yo también” he sufrido abusos. Dando con ello a entender la universalidad y transversalidad de la violencia sexual.
Esa mujer de Sri Lanka, vivió ese #MeToo, por lo que los cuestionamientos e incluso cancelamientos a la figura de Pablo Neruda no tardaron en llegar.
Desde académicas que buscaban eliminar sus libros por ser un autor machista, hasta feministas chilenas que firmemente se opusieron a que el aeropuerto internacional de Santiago se rebautizara con su nombre.
Pero también, el poeta recibió la mano de mujeres que defendieron su legado, no así el hecho cometido. Entre ellos la novelista chilena Isabel Allende en enero de 2022, según constata France24: “Si en el caso de un artista como Neruda nos vamos a quedar con lo que hizo, revisemos su vida privada, pero no eliminemos todo, porque si no no quedará títere con cabeza”.
El mismo medio citó también a la académica y feminista Kemy Oyarzún: “Aquí hay miles de años de patriarcado. Neruda era patriarcal, Einstein era patriarcal. Yo no voy a negar que Neruda cometió ese acto que está confesado. ¿Por ello no voy a leer más a Neruda? No. ¿Por ello no voy a apreciar qué opinión tenía Einstein sobre el universo? No”.
No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.Fragmento de “Walking Around”, Pablo Neruda.