Un estudio de observación directa llevado a cabo por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC) durante los meses de agosto y septiembre de 2025 examinó un total de 62 recintos conocidos como “malls chinos”, distribuidos en cuatro regiones del país.
El propósito del análisis fue entregar evidencia concreta sobre el nivel de formalidad y cumplimiento de las normas por parte de estos establecimientos, un tipo de comercio que ha ido ganando presencia y transformando el mercado minorista nacional.
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La investigación, de carácter cuantitativo y descriptivo, combinó la observación en terreno con compras directas en los locales. La mayor parte del trabajo se concentró en la Región Metropolitana, que representó el 85,5% de la muestra. Las regiones de Atacama, Antofagasta y La Araucanía aportaron cada una un 4,8% del total de los recintos evaluados.
PATENTE COMERCIAL
En cuanto al registro tributario, solo un 38,7% de los locales tenía visible su patente comercial. La mitad no la exhibía y en el 11,3% restante no se pudo confirmar su existencia. Entre quienes sí cumplían con mostrarla, la mayoría optaba por una fotocopia plastificada o enmarcada.
Respecto al Rol Único Tributario (RUT), un 76,3% de los establecimientos lo tenía expuesto al público. Sin embargo, el estudio advirtió que su presencia no garantiza que la información coincida con el nombre del negocio o con la patente comercial, lo que genera un vacío en materia de transparencia.
MALLS CHINOS: MARCAS DESCONOCIDAS
El informe también evidenció un panorama complejo en torno a la legalidad de los productos. Un 43,5% de los locales ofrecía exclusivamente artículos de marcas desconocidas, mientras que en un 27,4% se detectaron dudas sobre la autenticidad de productos con marcas reconocidas. Además, en el 17,7% de los casos se constató la venta de artículos evidentemente falsificados.
Las categorías con mayor presencia de marcas conocidas fueron la perfumería y los alimentos (30,3% cada una), seguidas de los productos de limpieza con un 27,3%. Aunque estos rubros concentran productos familiares para los consumidores, también son los que presentan mayores problemas de autenticidad.
El rotulado y las certificaciones presentaron deficiencias en casi todos los locales. El 91,9% de los recintos vendía juguetes, pero solo la mitad de ellos incluía información en español. En el 51% de los casos, los juguetes carecían de manuales o instrucciones de uso, incumpliendo las normas de seguridad e información al consumidor.
En el caso de los productos electrónicos, disponibles en el 85,5% de los locales, únicamente un 35,8% contaba con el código QR de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC). Un 64% incluía información en español y un 45,3% no presentaba instrucciones para el usuario, dificultando un uso seguro.
CONDICIONES SANITARIAS
En cuanto a los cosméticos —presentes en el 93,5% de los recintos—, el 67% contaba con certificación del Instituto de Salud Pública (ISP), lo que implica que cerca de un tercio se comercializaba sin autorización sanitaria. Un 70% de estos productos tenía etiquetado en español.
El rubro alimenticio, presente en el 80,6% de los establecimientos, mostró también falencias: solo el 52% poseía resolución sanitaria (RSA). En tanto, el 48% de los alimentos tenía información completa en español, aunque un 78% sí exhibía la información nutricional obligatoria.
Sobre las condiciones de los locales, el 61% fue evaluado como limpio y un 32% como muy limpio, mientras que solo un 6,5% mostraba suciedad o desorden. En lo referido al personal, en el 71% de los establecimientos los vendedores hablaban español con fluidez, y en una cuarta parte se observó que solo algunos trabajadores dominaban el idioma.
MEDIOS DE PAGO Y ENTREGA DE BOLETAS
El efectivo fue el medio de pago más utilizado, aceptado en la totalidad de los locales observados. Las tarjetas de débito y crédito les siguieron con un 98,4% de aceptación, mientras que las transferencias bancarias alcanzaron un 43,5%. El uso de cheques fue prácticamente inexistente.
Durante la observación de las compras de otros clientes, se registró que el 62,9% pagaba con tarjeta y el 37,1% en efectivo. En estas transacciones, el 93,5% recibió algún tipo de comprobante. Solo uno de cada cuatro clientes que no recibía boleta la solicitaba al vendedor.
En las compras directas efectuadas por los observadores, el 85,5% de las transacciones en efectivo derivó en la entrega de una boleta, mayoritariamente escrita a mano. En los casos donde no se entregó comprobante, los investigadores lo solicitaron. Un vendedor señaló que “no emite boleta por pagos en efectivo”, mientras otro se negó a entregarla argumentando que era “montos bajos”.
El estudio concluye que la operación de los “malls chinos” refleja un modelo de formalidad parcial, donde conviven prácticas legales con otras que no cumplen completamente la normativa.
Ante este escenario, la CNC propuso fortalecer la fiscalización conjunta entre municipios, el Servicio de Impuestos Internos (SII), las Seremis de Salud, el Sernac y Aduanas, con énfasis en la supervisión del etiquetado, certificaciones y la comercialización de productos falsificados.






