El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que se inició «la segunda etapa de la guerra (contra Hamás), cuyo objetivo es claro: destruir las capacidades militares y la dirección de Hamás y traer a los rehenes a casa».
Asimismo, advirtió sobre las complejidades que tendrá la guerra contra el movimiento islamista diciendo que «la guerra en la Franja de Gaza será larga y difícil y estamos listos».
El ejército «destruirá al enemigo en tierra y bajo tierra», advirtió, en referencia a la red de túneles por los cuales, según Israel, Hamás burla el bloqueo del enclave.
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Derrotar a Hamás en Gaza es un «desafío existencial» para Israel, aunque «concierne a toda la civilización occidental», especificó Netanyahu.
El jefe de gobierno conservador se reunió el sábado con los familiares de las cerca de 230 personas capturadas por Hamás en el ataque del 7 de octubre y llevadas a Gaza.
El primer ministro también denunció el respaldo de Irán al movimiento islamista, aunque reconoció que no podía demostrar que Teherán participe en la organización de la sangrienta incursión de Hamás en Israel.
«Irán apoya a Hamás. Creo que 90% del presupuesto militar de Hamás procede de Irán. Lo financia, lo organiza y lo guía», acusó.
REHENES POR REHENES
Por otra parte, el líder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, propuso la liberación de todos los rehenes retenidos en Gaza a cambio de la liberación de todos los presos palestinos encarcelados en Israel.
Esto, según medios israelíes que lo citaron.
«Estamos dispuestos a cerrar de inmediato un acuerdo de intercambio de prisioneros que incluya la liberación de todos nuestros presos retenidos en vuestras prisiones a cambio de la liberación de todos los prisioneros que tiene la resistencia», dijo.
Sinwar se suma así a la postura expresada Abú Obeida, portavoz de las Brigadas Ezzedin al Qassam, brazo armado de Hamás, aunque su intervención tiene especial relevancia porque es su primera comparecencia pública desde el inicio del actual conflicto.
De los 230 rehenes que tomó Hamás han sido liberados cuatro y se cree que decenas están en manos no de Hamás, sino de Yihad Islámica.
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Un portavoz de las Fuerzas Armadas israelíes, Daniel Hagari, calificó las palabras de Sinwar de «terrorismo psicológico cínicamente empleado por Hamás para presionar».
«Nada está sobre la mesa en cuanto a los secuestrados. Sinwar no puede decir nada. Habla mediante intermediarios. Hamás no se comunica directamente con Israel y vamos a seguir haciendo todo lo posible para liberar a los rehenes», añadió, según el diario israelí ‘Yedioth Aharonoth’.
Otra fuente militar citada por el periódico asegura que «Hamás no quiere un acuerdo. No hay que creer lo que dicen. Quieren retrasar la operación terrestre. Por eso hemos decidido ampliar la operación. Ha sido una decisión unánime de todo el Gobierno», coincidiendo con el anuncio de Netanyahu de que se inició la segunda etapa de la guerra.
«La hipótesis de trabajo es que solo cuando Hamás sienta la espada en la garganta querrá llegar a acuerdos. Entienden que Israel tiene líneas rojas y que no hay posibilidad de que Israel vacíe sus prisiones. Eso no va a pasar», argumentó.
Sin embargo, agregó, «entendemos que hay un precio que tendremos que pagar, pero no nos vamos a quebrar».
«Las familias de los rehenes comprenden que se acerca el momento decisivo. Tenemos que llegar a un punto en el que haya un acuerdo sobre la mesa y el siguiente paso será aprobarlo», explicó.
