Entrevistas y Reportajes

Para comunicar tragedias de manera ética hay que asombrar y no conmocionar

Antonia Mundaca

Para comunicar tragedias de manera ética hay que asombrar y no conmocionar.
«No es que no podamos mostrar el dolor humano en un relato periodístico, pero la pregunta que debemos hacernos es cómo lo hacemos», explica el periodista experto en ética de las comunicaciones, Ignacio López.

La primera semana de febrero de 2024, es una que pasará a la historia en Chile. Desde los megaincendios que azotaron a la Región de Valparaíso, hasta el accidente de un expresidente que terminó con su muerte. Los medios no han dado tregua y, por cierto, han constatado: no es fácil comunicar tragedias de manera ética.

Porque una pregunta desubicada a quien lo perdió todo en un incendio, como “¿Cómo va a celebrar la Navidad mañana, qué piensa hacer?”, no sólo puede afectar la carrera de un rostro televisivo, sino que daña aún más al afectado. 

Para poder dilucidar más sobre cómo comunicar tragedias de manera ética, el equipo de Está Pasando entrevistó al periodista experto en ética de las comunicaciones,  académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y Doctor en Lenguaje, Discurso y Comunicación, Ignacio López Escarcena.

LA MUERTE DE SEBASTIÁN PIÑERA

Sebastián Piñera, era indudablemente una figura pública: presidente de la República en dos ocasiones, connotado empresario y protagonista de polémicas que siguen dando de qué hablar. Sin embargo, “no  hay que olvidar límites que podrían afectar su honor y honra, incluso después de su muerte o el honor y honra de sus cercanos”, recuerda López.

Pero los límites, como suele ser con figuras así de públicas, se torna algo más complicado, sobre todo cuando se topa con el derecho a la información. Por ejemplo, cuando su familia no quería dar a conocer el de qué se murió, pero se filtró, publicó, y después reconfirmó con la fiscal a cargo. 

En ese sentido, cabe preguntarse si el saber las razones de su muerte constituye o no al ya mencionado derecho a la información, o si “basta con enterarse de las circunstancias de su deceso ya conocidas”. 

De igual manera, es relevante cuestionarse los contextos en los que estamos grabando a una figura pública. Porque no es lo mismo grabar a Cecilia Morel “durante alguna ceremonia en honor al exPresidente Piñera que, por dar un ejemplo, instalar cámaras para grabar afuera de su casa y seguirla”. 

“Se trata de una figura pública, al igual que su marido, pero no hay que olvidar que también estamos frente a emociones muy íntimas como aquellas generadas por el duelo, sobre todo si se trata de un hecho muy reciente”, acotó el experto en ética. 

LOS MEGAINCENDIOS DE VALPARAÍSO

Otro evento reciente que puso a prueba el comunicar tragedias de manera ética, fueron los megaincendios de Valparaíso. A la fecha, el Servicio Médico Legal (SML), ha informado de 131 muertos. Por su parte, el Gobierno cifra en más de 7.000 las viviendas afectadas. 

En ese contexto, preguntar a alguien que lo perdió todo ‘¿cómo está?’, “no sólo peca de obvio, sino que también puede gatillar emociones que la persona en cuestión no quiere mostrar en cámara”, explica el académico de la PUC, Ignacio López. 

También, en este tipo de tragedias, los hechos suelen acompañarse de imágenes en las que se ven casas destrozadas, personas llorando, restos de cuerpos cubiertos o no con algún tipo de plástico y un lamentable etcétera. Frente a ello, cabe preguntarse su aporte real en el mensaje. 

“No me parece que aporten si pensamos en el derecho a la información”, responde López. Ya que, según él, hay que cuestionarse “hasta qué punto es socialmente relevante agregar imágenes de una persona muerta a una noticia acerca de la cual ya tenemos la información necesaria“. 

Porque, muchas veces compartimos las imágenes “con otro propósito, como apelar al morbo de la audiencia o choquearla. Percibo, en ese sentido, una estrategia propia del sensacionalismo”. 

RECOMENDACIONES PARA COMUNICAR TRAGEDIAS DE MANERA ÉTICA

Ahora bien, si nos encontramos de frente con un momento doloroso para una persona, “no es que no podamos mostrar el dolor humano en un relato periodístico, pero la pregunta que debemos hacernos es cómo lo hacemos”, explica el periodista.

Ya que, “si exacerbamos su dolor, ya sea a través de ciertas preguntas o imágenes, no vamos a estar respetando su dignidad en un momento especialmente vulnerable para ellas”. Pero sí es posible contar del dolor de alguien y a la vez “aportar al bien común”. 

Para lo anterior, la clave es “asombrar a la audiencia y no conmocionarla”. Por ejemplo, enfocar la tragedia en el qué podemos hacer para prevenirla “y/o para ayudar de la mejor forma posible a quienes sean afectados por ella”.

“Preguntarnos si estamos contribuyendo a generar una reflexión sobre una temática (la muerte de una figura pública, los incendios, etc.) o si solamente estamos buscando conmocionar al público”, acota López Escarcena. 

En resumen, y tomando recomendaciones del CNTV, para comunicar tragedias de manera ética es importante “contextualizar la información”; “consultar a fuentes expertas y variadas sobre la temática en cuestión”; y “proteger tanto a niños y niñas que puedan estar involucrados en el suceso como al mismo equipo periodístico a cargo de su cobertura”. 

A lo anterior se suma “no reactivar el dolor de las personas afectadas por medio de preguntas poco cuidadosas; evitar el protagonismo de los y las periodistas; y finalmente, no incurrir en un tratamiento sensacionalista”.

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