Política

Peligro, aprendices de brujo en el camino

Víctor Maldonado R. Sociólogo

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile.

La campaña de la oposición, dominada por republicanos, cambió el foco de atención del anterior plebiscito. De oponerse al texto propuesto para tener una “buena y mejor Constitución” pasó, ahora, a un más conciso “que se jodan”.

Se trata de una decisión política que desemboca en un mensaje comunicacional, no es la salida de libreto de un creativo publicitario, es el libreto mismo.

Para peor, los que han explicado el motivo de este cambio fundamental han sido los dirigentes de Chile Vamos que conservan la voz, los gremialistas, porque RN en alguna parte del camino decidió eclipsarse o sumarse al coro.

Lo que señala Javier Macaya, presidente de la UDI, es que intentan canalizar la rabia que siente la gente ante un gobierno que no atiende sus problemas. De manera que han decidido focalizar la campaña encauzando la frustración y el descontento contra el gobierno de Boric. De allí el giro implementado.

Potenciar rabia es como intentar canalizar un rio en pleno desborde. Hay muchos especialistas en enojar a la gente, algunos lo tienen como un talento natural, pero algo bien distinto es conseguir que se dirija solo en un sentido.

La campaña de la derecha depende de que sus aprendices de brujo consigan que la rabia transite por los cauces que ellos van señalizando con banderitas por el camino. Si lo que ocurre es que el ambiente se enrarece de tal manera que el enojo colectivo se dirige hacia el conjunto, estarán en problemas.

La derecha es el sector político al que el estallido social le explotó en la cara. Eso les ocurrió estando en el poder. Su sorpresa fue mayúscula. Vinieron a potenciar el crecimiento y todas sus recetas volaron en el huracán que se armó.

Desde entonces hasta ahora, no se les ve más sabios, sino más radicales. Volverse más rudos no los hace más capaces de dirigir los acontecimientos con mano segura. Esto se ha vuelto una competencia de brujos por quien conoce más hechizos y el frente interno se ha dividido en la última recta, por algo será.

Al final, a la estrategia de la oposición le sale el tiro por la culata. Como ha hecho de la campaña un plebiscito sobre la gestión del gobierno, lo que tiene que hacer el gobierno para intervenir en la campaña es hacer gestión focalizada en los temas en debate y con el tono que esta ha adquirido.

Esta tarea tiene algo más que facilita las cosas y es que, como el tiempo que resta de campaña es breve, no se necesita exactamente que ejecute aquello que se compromete, sino que adopte un discurso que diga que va a hacer lo que la gente quiere que se haga. De coherencia y continuidad hablaremos otro día.

Ya sabemos que la especialidad de la casa no es hacer las cosas, más bien se concentra en hablar de ellas. Así, los dos actores principales están jugando el mismo juego, creyendo que lo pueden controlar, pero esto es imposible, dado el amplio espacio que se le deja a la táctica y el ninguno que se le dedica a evaluar las consecuencias de lo que se hace.

Nos dirigimos aceleradamente hacia algún lado, pero son pocos los que levantan la vista para percatarse a dónde podríamos llegar. En todo caso, el trayecto de aquí al 17 de diciembre se ha vuelto una cuestión de quién comete más errores y, en este último tramo, es la derecha dura la que se equivoca más.

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