Un inesperado banquete canino que parece sacado de una película, fue protagonizado por un perrito llamado Cecil.
Una adorable mascota de la raza goldendoodle en Pittsburgh, EE.UU., dejó a sus dueños, Clayton y Carrie Law, boquiabiertos y con la billetera vacía.
El can, que nunca había hecho nada malo en su vida, decidió que era hora de cambiar eso y devoró nada menos que 4 mil dólares en efectivo.
Cómo ocurrió el incidente
El insólito incidente ocurrió cuando Cecil, actuando más como un astuto ladrón que como un simpático perrito de familia, aprovechó un descuido.
Así terminó masticando alegremente los billetes que Clayton había dejado sobre la cocina.
Clayton, de 34 años, acababa de retirar esta considerable suma de su cuenta de ahorros para pagar la instalación de una cerca en su hogar.
Se llevó una gran sorpresa al descubrir que apenas 30 minutos después de su regreso del banco, el dinero había sido destrozado y estaba todo hecho un desastre.
En un primer momento, la preocupación de los Law se centró en la salud de Cecil, quien a pesar de su tamaño considerable no está acostumbrado a semejantes travesuras.
Tras ser llevado al veterinario, recibieron el alivio de saber que bastaría con monitorear su comportamiento en casa.
«No podemos estar enojados con él. es un perro muy adorable», declararon los Law, quienes parecen haber tomado el incidente con un sorprendente buen humor.
«La gente suele decirnos que hay un ser humano atrapado dentro de nuestro perro», añadieron.
Rescatando el dinero
Lo que siguió fue una inusual y meticulosa tarea de recuperación de fondos.
La pareja se embarcó en la ardua misión de juntar y lavar los pedazos de billetes que pudieron rescatar tanto de las deposiciones del perro como de lo que vomitó.
Sí, leyeron bien: Clayton y Carrie, armados con mascarillas y guantes, se convirtieron en improvisados expertos en «lavado de dinero».
Contra todo pronóstico, lograron reconstruir cerca de tres mil quinientos cincuenta dólares.
Este divertido pero costoso episodio no sólo impacto financieramente a la familia Law, sino que también los convirtió en un fenómeno viral en las redes sociales.
Un video compartido por la pareja en Instagram, narrando su experiencia, acumuló más de 175.000 «me gusta».
«Este es Cecil», rezaba la publicación que lanzaron en la red social. «Nunca había hecho nada malo en su vida hasta que se comió 4.000 dólares», escribieron, provocando risas y sorpresa entre los miles de usuarios.
En un giro final de la trama, los Law planean enviar los fragmentos de billetes que no pudieron restaurar al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Y en un acto que mezcla humor y arte, decidieron enmarcar algunos de los billetes destrozados como recuerdo de este singular y costoso evento.
Clayton Law resume la experiencia con una sonrisa: «Aquí estábamos, esperando que el perro fuera al baño para poder descansar. Tuvimos que reírnos de lo absurdo de esto».
En efecto, una historia para contar a sus nietos, con la moraleja de nunca subestimar el apetito de un goldendoodle por el dinero.
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