La semana del 14 de octubre ocurrió uno de los mayores terremotos, si es que no el mayor, que le ha tocado al Gobierno del Presidente Gabriel Boric, declarado por si mismo como «feminista», y que implicó a uno de los grandes responsables de seguridad del país, el entonces subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
Ese mismo día lunes una mujer acudió hasta el Servicio Médico Legal (SML) para constatar lesiones por una denuncia de violación en contra de la autoridad de seguridad.
Los hechos habrían ocurrido durante la noche del domingo 22 de septiembre, en la semana de las Fiestas Patrias. Monsalve había invitado o citado a una asesora hasta el restaurant Ají Seco Místico, en la calle Mc Iver a unas cuadras del Palacio de La Moneda, para conversar sobre temáticas laborales.
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Ambos habrían bebido algunos pisco sour y luego se dirigieron al Hotel Panamericano en un taxi. Según el relato de la mujer, desde el tercer trago que bebió, no recuerda nada de lo que pasó. Ella dijo que despertó en la mañana en la misma habitación con Monsalve, desnuda, y con signos de haber sido abusada sexualmente.
Ese lunes 23 de septiembre el hombre debía presentarse como ministro del Interior subrogante ante la prensa para entregar el balance de las Fiestas Patrias. Solo 35 minutos antes del inicio de la actividad, a las 07:55 horas, se informó que no participaría.
De acuerdo a lo que ha señalado su entorno, desde ahí el exsubsecretario habría sostenido conversaciones con la denunciante para «esclarecer lo que sucedió», además de recurrir ante la Policía de Investigaciones (PDI) para pedir su consejo sobre qué hacer.
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Según dicen, la PDI le recomendó revisar las cámaras de seguridad del hotel al que asistió con la mujer. De allí que a Manuel Monsalve se le ha imputado un delito de posible obstrucción a la investigación por haber asistido con funcionarios a ver los registros.
EL DÍA QUE SE ENTERÓ LA MONEDA
Un día después de haber sido presentada la denuncia, el 15 de octubre, la noticia llegó hasta el segundo piso de La Moneda. La primera en enterarse fue la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien recibió la comunicación por parte del director de la PDI, Eduardo Cerna.
En un punto de prensa, la ministra Tohá aseguró que fue durante la tarde que conoció la noticia. Paralelo a ello, detectives de la institución llegaban hasta el restaurante de comida peruana para entrevistarse con los trabajadores y realizar las diligencias investigativas.
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La secretaria de Estado le comunicó la noticia al Presidente Gabriel Boric, quien citó por la noche a una reunión al entonces subsecretario. Pese a poder pedir de forma inmediata la renuncia de Manuel Monsalve y transparentar la denuncia a la ciudadanía, el Gobierno decidió darle tiempo al acusado de violación para viajar hasta la región del Biobío para darle explicaciones a su familia.
El miércoles 16 de octubre Monsalve viajó ida y vuelta entre Santiago y Biobío abordo de una avioneta de Carabineros, lo que ha sido cuestionado por hacer uso de un medio de transporte fiscal para efectos personales. Ni el día anterior ni ese día las autoridades decidieron comunicar la acusación.
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Al día siguiente la noticia explotó. El vespertino de La Segunda abrió su portada informando que la Fiscalía había abierto una investigación en contra del subsecretario del Interior por una denuncia de abuso sexual de una «mujer mayor»: en realidad, luego se reveló que la «mujer mayor» era una asesora de 32 años. Minutos después el fiscal Xavier Armendáriz confirmó que estaba a cargo de las diligencias del caso.
En ese momento Manuel Monsalve se encontraba en el ex Congreso Nacional, cumpliendo funciones como autoridad, defendiendo el presupuesto presentado por el Gobierno en materia de seguridad. Ni parlamentarios, ni periodistas, ni equipos tenían idea de lo que pasó y estaba por venir.
LA INEXPLICABLE TARDANZA EN TRANSPARENTAR A LA CIUDADANÍA
La tarde de ese jueves 17 de octubre Manuel Monsalve se paró frente a la prensa ubicada en el Patio de Los Naranjos en La Moneda para comunicar su renuncia y reafirmar su postura de inocencia. En esa ocasión aseguró no conocer los detalles de la denuncia que se presentó en su contra.
Más tarde ocurrió lo inexplicable. La ministra Carolina Tohá comunicó que tanto ella como el Presidente se habían enterado de la noticia el día martes, aunque afirmó que también desconocían los detalles de la misma.
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«Hasta el día de hoy, ni Manuel Monsalve ni las autoridades de gobierno, conocemos la denuncia. Sabemos una información muy general», señaló Tohá en aquella instancia.
Los cuestionamientos surgieron de forma inmediata, nadie se explicaba el porqué de que el acusado siguió cumpliendo funciones a pesar de que hayan tomado conocimiento de la denuncia 48 horas antes, así como por qué no se había informado antes de ello.
Esa misma tarde el Partido Socialista (PS) informaba la suspensión de militancia de Monsalve de forma automática mientras dure la investigación.
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Lamentablemente el asunto no quedó ahí. Las críticas llovieron contra el Gobierno ya que la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, tampoco se había enterado antes del asunto.
La ministra Orellana acababa de llegar ese jueves 17 de octubre al país desde Ginebra tras participar en un foro de la ONU sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer.
En una entrevista con Meganoticias, ella reconoció que «evidentemente, me habría gustado enterarme antes, pero no eso no opta de que una vez que tuve conocimiento informal, pedí contrastar la información formalmente, y una vez que fui informada formalmente cumplí con mi deber».
EL «AMATEURISMO» DEL PRESIDENTE
El viernes 18 de octubre el Presidente Gabriel Boric ofreció una conferencia de prensa que llegó a durar 53 minutos, en los que se refirió pregunta por pregunta al caso Monsalve.
En un intento por demostrar la transparencia del Gobierno, el mandatario se llenó de cuestionamientos por abrir nuevas interrogantes en el caso y por un episodio con su asesora de comunicaciones, la que el pidió dos veces terminar y que luego protagonizó una imagen junto a Boric siendo «retada» por no dejarlo continuar.
El Presidente enfatizó en que no llegaron a conocer ningún detalle sobre la denuncia presentada y que «por parte del Gobierno no ha habido ni habrá ningún ánimo de tapar, de esconder, de obstaculizar, de hacer nada».
