Desde la derecha se cuestionó la participación de Bachelet en la inauguración de una SAR en Maipú, organizada por el alcalde oficialista Tomás Vodanovic (FA). Mientras tanto, la izquierda criticó el viaje de Matthei a Chiloé, llegando incluso a pedir su renuncia como alcaldesa de Providencia.
AMENAZA PARA LA OPOSICIÓN
Al ser consultado sobre si la aparición de Bachelet podría ser una amenaza para la oposición, Ramírez expresó su sorpresa de que algunos comentaristas sugirieran que temían a Bachelet. Señaló que siempre había considerado a la izquierda como un rival formidable.
Sin embargo, criticó que Bachelet fuera la opción del oficialismo, señalando que su candidatura reflejaría el abandono de los ideales originales de Apruebo Dignidad. «Hoy ellos tienen como candidata quizá al referente más importante de los 30 años que ellos criticaron», aseguró el legislador, añadiendo que «yo creo que la Presidenta Bachelet de verdad es un reflejo que ese proyecto del Frente Amplio ya no existe».
A pesar de ello, reconoció que la izquierda en Chile es un rival muy fuerte y que cualquier candidato de ese sector en una futura elección presidencial llevará a una segunda vuelta reñida. Ramírez subrayó que, para llegar a la Presidencia, tendrán que ganar una elección difícil, independientemente de si Bachelet es candidata o no.
VENTAJA ENFRENTARSE A BACHELET
En este contexto, se consideró que sería una «ventaja» enfrentarse a Bachelet, ya que ella tendría que rendir cuentas por las decisiones tomadas durante sus dos mandatos. Durante la conversación, también se le preguntó sobre la suspensión de una reunión con el Presidente Gabriel Boric, tras las críticas al expresidente de la UDI, Javier Macaya, debido a la condena de su padre por abuso sexual infantil.
Al asumir su cargo, Ramírez criticó los intentos de deslegitimar al partido debido al caso Macaya. Posteriormente, el 30 de julio, la UDI anunció que suspendía la solicitud de reunión con el Presidente Boric.
Sobre la relación con el gobierno, Ramírez afirmó que es un tema que deben discutir internamente en la UDI, añadiendo que eventualmente tendrán que reunirse con el Presidente, ya que es una tradición del partido reunirse con el mandatario, sin importar si es un adversario, como Boric, o un aliado, como lo fue Piñera.
