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¡Alerta máxima! Expertos prevén un duro invierno por influenza

Por Allan Santander

Periodista

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La temporada de influenza en EE.UU. ha sido histórica, con miles de muertes y hospitalizaciones. Expertos alertan sobre la posibilidad de que Chile enfrente una crisis similar si no se toman medidas preventivas a tiempo.

La temporada de influenza 2024-2025 en Estados Unidos ha dejado un saldo alarmante: más de 37 millones de personas afectadas, 480.000 hospitalizaciones y 21.000 muertes.

La situación ha sido especialmente grave para los más pequeños, con más de 100 niños fallecidos. Lo que ha encendido las alarmas sobre la gravedad de esta crisis. Además, nos hace preguntarnos, ¿cómo afectará la influenza en Chile?

El infectólogo y académico Pablo Vial explica a La Tercera que no se observaba un impacto de esta magnitud desde la cepa pandémica de 2010-2011, destacando que «cada 4 a 6 años se producen brotes de mayor intensidad, lo que sumado a la baja cobertura de vacunación puede explicar la alta severidad de este episodio».

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CIRCULACIÓN Y VACUNACIÓN

Una de las causas principales de este brote severo ha sido la circulación temprana y prolongada del virus, lo que aumentó la exposición en la población, especialmente en niños y personas inmunodeprimidas.

En paralelo, la baja tasa de vacunación ha jugado un papel crucial: apenas un 46% de los niños y un 48% de los adultos han sido inmunizados, muy lejos del 70% recomendado por las autoridades sanitarias.

El epidemiólogo Óscar Flórez resalta que el déficit de inmunidad postpandemia también ha influido en la alta mortalidad. «Venimos de dos años con menor exposición a virus respiratorios, lo que ha dejado a muchas personas, especialmente niños y adolescentes, con menor capacidad de respuesta ante la influenza», explica.

LECCIONES PARA CHILE

Aunque Chile cuenta con una alta tasa de vacunación, los expertos advierten que el virus de la influenza en el hemisferio sur suele replicar los patrones del norte.

El Dr. Alexis Kalergis, director de IMII, alerta que «si no logramos una cobertura de vacunación adecuada, podría generarse un brote de gran magnitud».

Sin embargo, Chile tiene algunas ventajas. La vacuna contra la influenza está incluida en el Programa Nacional de Inmunización, lo que facilita el acceso a la población. Además, la campaña de vacunación cubre las mismas cepas que circulan en EE.UU.: Influenza A H1N1 PDM09, Influenza A H3N2 e Influenza B Victoria.

PREVENCIÓN: EL FACTOR CLAVE

Ante la posibilidad de un invierno severo, los expertos coinciden en que la clave para evitar una crisis sanitaria está en reforzar la vacunación y las medidas preventivas. «Tras la pandemia, hemos relajado restricciones como el uso de mascarillas y el lavado de manos, pero podría ser necesario retomarlas en espacios de alta concurrencia», advierte Flórez.

El gobierno chileno ha adelantado la campaña de vacunación, reconociendo que la estacionalidad de los virus ha cambiado, impulsada tanto por la pandemia como por el cambio climático. «Haber adelantado la vacunación permitirá que la población esté más protegida si el virus se intensifica en las próximas semanas», subraya Kalergis.

CUIDADO Y MEDIDAS PREVENTIVAS

Además de la influenza, Chile también se enfrenta a otros virus respiratorios, como el virus sincicial respiratorio (VRS), que afecta principalmente a lactantes. Para contrarrestarlo, el país ha implementado un anticuerpo preventivo para recién nacidos hasta los seis meses, una medida crucial para reducir los riesgos de complicaciones graves.

Aunque la vacunación es la principal herramienta, no es la única medida. El uso de mascarillas en lugares cerrados, el lavado frecuente de manos y la ventilación de espacios son esenciales para reducir la propagación de estos virus.

RECOMENDACIONES PARA ENFRENTAR EL INVIERNO

Para enfrentar este invierno con mayor protección, los expertos recomiendan:

Vacunarse a tiempo contra la influenza y otros virus respiratorios.

Lavarse las manos con frecuencia o usar alcohol gel.

Usar mascarilla en lugares cerrados o con alta concentración de personas.

Ventilar espacios para reducir la carga viral en ambientes cerrados.

Evitar el contacto cercano con personas enfermas, especialmente en grupos de riesgo.

Consultar al médico ante síntomas graves o persistentes.

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