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Halloween: Una tradición centenaria llena de mitos y cambios

Por Allan Santander

Periodista

Halloween
Foto: Getty Images
Esta festividad tiene sus orígenes en tradiciones antiguas que celebraban la conexión entre vivos y muertos, aunque con los años fue influenciada por el cristianismo y las culturas occidentales.

Los dulces, disfraces y las casas adornadas, dista mucho del antiguo origen de Halloween. Esta festividad durante años ha estado envuelta en misterio y teorías sobre su «verdadero origen», pero ha experimentado muchos cambios durante los años, producto de la mezcla de tradiciones y las culturas occidentales.

Sus orígenes

El origen de Halloween se remonta hace más de 3.000 años en la festividad celta de Samhain, que marcaba el final de la cosecha y el inicio del invierno. Para los celtas, este periodo era un tiempo de transición y de conexión con el más allá. Se creía que durante la noche de Samhain, los espíritus caminaban por la Tierra, junto con otras criaturas, como hadas y demonios.

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Para honrar a estos espíritus y protegerse de aquellos que pudieran ser malignos, se encendían hogueras y se llevaban a cabo rituales, que servía para despedir a Lugh, el dios del Sol, y dar la bienvenida a las noches cortas y frías que traía consigo el otoño.

Los celtas también realizaban ofrendas de comida y bebida, y se vestían con pieles de animales para ahuyentar a los fantasmas. Estos rituales reflejan una profunda conexión con la naturaleza y las estaciones, así como una visión del mundo que enfatizaba el respeto por los ancestros.

La influencia del cristianismo

La mayor muestra de la influencia del cristianismo en Halloween se evidencia en el propio nombre. «Halloween» proviene de una contracción de «All Hallows’ Eve,» que significa «víspera de Todos los Santos.» Este término se refiere a la noche del 31 de octubre, justo antes del Día de Todos los Santos, que se celebra el 1 de noviembre.

La palabra «hallow» es una antigua forma de «santo,» y con el tiempo, «All Hallows’ Eve» se acortó a «Halloween.» Esta evolución del nombre refleja la conexión entre la festividad celta de Samhain y la celebración cristiana de los santos.

La influencia cristiana transformó los rituales originales, pero también ayudó a preservar muchos de ellos. Las tradiciones de encender hogueras y ofrecer comida evolucionaron, y comenzaron a incorporarse elementos como las calabazas talladas, que se popularizaron en América del Norte, sobre todo en Estados Unidos.

Halloween y Estados Unidos

La festividad llegó a Estados Unidos con la llegada de los inmigrantes irlandeses y escoceses en el siglo XIX. Estos grupos trajeron consigo sus costumbres y tradiciones, que se fusionaron con las celebraciones locales. A medida que la festividad se popularizaba, surgieron nuevas costumbres, como el «truco o trato» (dulce o travesura, como es conocido en Chile), donde los niños se disfrazan y van de puerta en puerta pidiendo dulces.

A partir de la década de 1920, Halloween se consolidó como una festividad secular y comercial. Las fiestas de disfraces, los grandes eventos y la venta de decoraciones se volvieron comunes. Esta transformación marcó un cambio significativo en la percepción de Halloween, alejándolo de sus raíces espirituales hacia una celebración más lúdica y festiva.

Su llegada a Chile

En las últimas décadas, la festividad ha tenido un impacto significativo en la cultura occidental. La celebración ha sido adoptada por diversas sociedades, incluyendo nuestro país.

En Chile, corría 1978 y aún no se celebraba como tal. Existían indicios solamente, que era traídos principalmente por la influencia del cine, sobre todo con la llegada de la película «Halloween», protagonizada por Jamie Lee Curtis. Un año después, todo cambio. Los historiadores reconocen que la actividad arribó al país «con todo» en 1979.

Hoy, películas de terror, programas de televisión y eventos temáticos han contribuido a su popularidad, creando un mercado multimillonario en torno a la festividad.

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