Un conjunto de periodistas ha expresado públicamente su rechazo a los ataques contra la prensa y los periodistas venezolanos.
Se basan en un informe de Reporteros sin Fronteras, documento que calificó lo que ocurriendo en ese país como una “masacre del periodismo independiente y del pluralismo mediático”.
“La situación -precisa la declaración- pone en evidencia un desastre no solo para los periodistas, sino para todo un país, que no tiene vías de comunicación social adecuadas para reencontrarse como comunidad a partir de la búsqueda de la verdad por toda la sociedad.
Como periodistas de Chile y profesionales de la comunicación social… pedimos que las organizaciones de periodistas exijan el inmediato cese de la persecución a los periodistas independientes de esa nación, que han dado demostraciones de heroísmo al intentar informar en esas condiciones”.
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El texto, que se incluye en su integridad en esta misma edición, reivindica una libertad, la de expresión, que está en la base de la democracia.
Cuando se califica de “dictadura” al régimen de Nicolás Maduro, se hace a partir de estudios, como los de Reporteros sin fronteras, que reiteradamente, han dejado a Venezuela al fondo del índice de libertad de prensa en el mundo.
Es una dudosa distinción que incluye en los últimos lugares, además de Venezuela, a Cuba y Nicaragua.
En rigor, el periodismo y la libertad de expresión no solo sufren gravísimos ataques en nuestro continente.
La invasión rusa a Ucrania también ha tenido un alto costo para el periodismo y la comunicación.
El último episodio ocurrió tras la sorprendente ofensiva ucraniana en el sur de Rusia.
Los afectados fueron dos periodistas italianos: en un reportaje para la TV pública de Italia, la periodista Stefania Batistini comentó sobre la entrada de su equipo en la región de Kursk en un vehículo militar ucraniano: “Hace dos años y medio Rusia atacó a Ucrania desde estos sectores”.
La acompañaba Simone Traini. Ambas reporteras grabaron sus imágenes en Soudja, ciudad conquistada por Ucrania.
El periodismo no es un delito
Contra ellas el gobierno ruso abrió una investigación, que empezó por una citación a la embajadora italiana ante el Kremlin.
Para evitar males mayores, las dos periodistas optaron por regresar a su país.
El sindicato RAI Uzigrai y la asociación nacional de prensa italiana FNSI protestaron en un comunicado conjunto: “El periodismo no es un delito. La posibilidad de que funcionarios de Moscú juzguen a Stefania Batistini y Simone Traini es inaceptable”.
En otro sangriento conflicto, el de Medio Oriente, el periodismo también sufre duros sacrificios.
A comienzos de este año la oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, informó que, desde el 7 de octubre de 2023, más de 122 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación habían muerto en Gaza, y muchos resultaron heridos
«Estamos alarmados por el número extraordinariamente alto de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación que han sido asesinados, atacados, heridos y detenidos en el Territorio Palestino Ocupado, particularmente en Gaza, en los últimos meses, ignorando flagrantemente el derecho internacional…
Condenamos todos los asesinatos, amenazas y ataques contra periodistas y hacemos un llamado a todas las partes en el conflicto para que los protejan», se señaló.
Periodistas israelíes y palestinos asesinados
Tres periodistas murieron, además, en el Líbano como resultado de un bombardeo israelí cerca de la frontera con el Líbano.
Cuatro periodistas israelíes fueron asesinados por Hamas en los ataques del 7 de octubre.
Decenas de periodistas palestinos han sido detenidos por las fuerzas israelíes tanto en Gaza como en Cisjordania, donde el hostigamiento, la intimidación y los ataques contra periodistas han aumentado desde los ataques del 7 de octubre.
Advertencia a Israel
La Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha pedido el cese de las acusaciones infundadas y peligrosas del régimen israelí contra periodistas en Palestina, en particular en la Franja de Gaza. Según la FIP, la confrontación de Israel con los medios de comunicación y su alusión a la complicidad de los periodistas de Gaza con el terrorismo ponen en peligro sus vidas.
El Comité de Apoyo a los Periodistas Palestinos señaló que el régimen israelí debe poner fin a la propaganda para desprestigiar a los periodistas y facilitar investigaciones internacionales independientes sobre su muerte en Gaza.
A modo de conclusión hay que decir que la protesta de los periodistas chilenos por lo que sucede en Venezuela es apenas una parte de la denuncia de una tragedia cada vez más amplia en todo el mundo.
Abraham Santibáñez
Premio Nacional de Periodismo 2015
