Después de que el mandatario aceptara comparecer ante la oficina anticorrupción que lo investiga, fue detenido por las autoridades de Corea del Sur el destituido presidente Yoon Suk-yeol.
La orden de arresto se ejecutó a las 10.33 hora local (22.33 hora chilena del martes), puntualizaron desde la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), informó la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
Este es uno de los organismos que investigan al mandatario por un supuesto delito de insurrección ligado a su fugaz declaración de la ley marcial el mes pasado.
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Este fue el segundo intento de detener a Yoon. Otro, a principios de de mes, había fracasado.
El presidente ingresó a la sede de la CIO para ser interrogado. Mientras se retransmitía un mensaje grabado previamente en video desde su residencia en Yongsan, en el centro de Seúl, donde declaró que decidió comparecer ante las autoridades, pese a su «investigación ilegal», para evitar un potencial «derramamiento de sangre», informó la agencia EFE.
Es la primera vez que un presidente surcoreano en funciones es arrestado.
CADENA HUMANA
Este permaneció escondido en su residencia desde que la Asamblea Nacional lo destituyó, el 14 de diciembre, a raíz de su fallida declaración de la ley marcial.
Poco antes de ser detenido, a través de un comunicado el equipo legal del mandatario anunció que Yoon Suk-yeol había decidido comparecer voluntariamente ante los previsibles choques de su servicio de seguridad y las autoridades, y por los informes de heridos entre los manifestantes congregados a las puertas de su residencia, a favor y en contra de su detención.
Los primeros intentos por arrestar al mandatario fueron bloqueados por la cadena humana formada por los servicios de seguridad presidencial y líneas de vehículos instalados en torno al recinto.
Varias horas más tarde, los investigadores accedieron al recinto usando escaleras y tras negociar con representantes del depuesto presidente para ejecutar la orden.
