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La icónica piscina chilena que fue la más grande del mundo 

Tamara García

Periodista

Foto de referencia
Su profundidad máxima alcanza los 3,5 metros, lo que permite incluso la práctica de deportes acuáticos como navegación en kayak o windsurf.

Ubicada en la costa central de Chile, en la comuna de Algarrobo, la piscina de San Alfonso del Mar fue reconocida en 2007 por el Récord Guinness como la piscina más grande del mundo.

Con más de un kilómetro de longitud y una superficie de ocho hectáreas, esta maravilla artificial se convirtió en un ícono turístico, atrayendo la atención de visitantes nacionales e internacionales.

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Aunque con el tiempo perdió su título ante una piscina en Egipto, San Alfonso del Mar sigue siendo una de las más impresionantes del planeta, destacando por su innovador diseño, su uso de tecnología sustentable y su impactante integración con el paisaje costero del Pacífico.

Un récord que marcó historia

San Alfonso del Mar se inauguró en 2006 como parte de un lujoso complejo turístico ubicado en Algarrobo, a unos 100 kilómetros de Santiago, Región Metropolitana.

Su diseño y construcción estuvieron a cargo de la empresa Crystal Lagoons, fundada por el innovador chileno Fernando Fischmann, quien desarrolló una tecnología revolucionaria para el mantenimiento de cuerpos de agua cristalina de grandes dimensiones.

En 2007, el Récord Guinness la reconoció como la piscina más grande del mundo debido a sus 1.013 metros de largo y 8 hectáreas de superficie, además de su capacidad para albergar 250 millones de litros de agua salada extraída y purificada directamente del océano Pacífico.

Su profundidad máxima alcanza los 3,5 metros, lo que permite incluso la práctica de deportes acuáticos como navegación en kayak o windsurf.

Un diseño innovador y sostenible

Lo que hace especial a esta piscina, además de su tamaño, es la tecnología sustentable utilizada para su mantenimiento.

Ya que, a diferencia de una piscina tradicional, San Alfonso del Mar no requiere una renovación constante del agua, debido a que emplea un sistema de filtración y recirculación de última generación, desarrollado por Crystal Lagoons, que permite mantener el agua limpia y cristalina con un bajo consumo de energía y productos químicos.

Además, al estar junto al mar, su diseño simula una laguna tropical, con aguas turquesas y arenas blancas, lo que crea una experiencia única para los visitantes, que pueden disfrutar de un entorno paradisíaco sin salir de Chile.

¿Sigue siendo la más grande del mundo?

A pesar de su impacto y reconocimiento mundial, San Alfonso del Mar perdió su título en 2015 con la construcción de una piscina aún más grande: la CityStars Sharm El Sheikh, en Egipto.

Esta nueva piscina, también desarrollada por Crystal Lagoons, superó a la chilena con 1.120 metros de largo y 12 hectáreas de superficie, convirtiéndose en la actual poseedora del récord Guinness.

Sin embargo, esto no ha restado importancia a San Alfonso del Mar, que sigue siendo una de las piscinas más impresionantes del mundo y una atracción turística clave en Chile, atrayendo a miles de visitantes cada año.

Un atractivo turístico inigualable

Hoy en día, San Alfonso del Mar sigue siendo un destino exclusivo para quienes buscan descanso, lujo y actividades acuáticas en un entorno seguro y controlado.

El acceso a la piscina está restringido a los propietarios de los departamentos del complejo y sus invitados, por lo que no es posible visitarla como turista externo. Sin embargo, su impactante vista panorámica sigue maravillando a quienes visitan la costa de Algarrobo.

Con su historia de récords, innovación y belleza natural, la piscina de San Alfonso del Mar continúa siendo un orgullo para Chile y un referente mundial en el diseño de lagunas artificiales.

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