Actualmente, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) se encarga de regular y controlar el espacio aéreo nacional. En ese contexto, ¿Cómo lleva a cabo la fiscalización?
Esta pregunta surge debido a que para autorizar los vuelos, la entidad solo solicita una declaración jurada, que se debe realizar en una plataforma en línea.
Con este sistema, no se garantiza que la persona que presentó el plan de vuelo sea la misma que viaja a bordo de la aeronave. Además, no se exige declarar el contenido de la carga, lo que crea un vacío significativo en la fiscalización del espacio aéreo.
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FISCALIZACIÓN DEL ESPACIO AÉREO
Respecto a esto, Reportajes T13 analizó diversos casos que podrían evidenciar las deficiencias en la fiscalización del espacio aéreo. El primero ocurrió el 14 de diciembre de 2023, cuando la Fuerza Aérea de Chile (FACh) interceptó una avioneta que volaba sin autorización sobre la ciudad de Antofagasta.
Tras la intervención, se identificó al piloto, quien era un instructor de vuelo sin antecedentes penales. No obstante, el copiloto poseía un extenso historial delictivo que incluía tráfico de drogas, robo con intimidación, porte ilegal de armas y receptación.
El medio le solicitó a la DGAC, a través de Transparencia, información sobre el caso. La entidad indicó que la aeronave había despegado desde Caldera sin un plan de vuelo, sin autorización y sin mantener comunicación. Además, voló por espacios aéreos ocupados por otras aeronaves, lo que puso en riesgo la seguridad de otros vuelos.
Cabe señalar que la DGAC tiene presencia física en solo un 7% de las pistas autorizadas existentes en territorio nacional. Para el 93% restante, no hay capacidad de fiscalización.
«NARCOAVIONETAS» EN CHILE
Otro caso que gráfica la falta de control del espacio aéreo involucra a una organización criminal transnacional, liderada por un narcotraficante colombiano que contaba con nacionalidad boliviana falsa.
La banda, que operaba principalmente en Santiago y Punta Arenas, se dedicaba al tráfico de drogas y principalmente de éxtasis. Para expandirse, la banda consideró adquirir un avión propio para facilitar el transporte de drogas entre Chile y el extranjero.
Según interceptaciones realizadas por la Policía de Investigaciones (PDI), los miembros de la organización discutían sobre la compra de un Cessna, un avión capaz de volar hasta 10 horas sin necesidad de repostar. También, mencionaban lo deficiente que era la fiscalización en Chile. Un extracto de la conversación revela:
Hombre 1: «Tiene que ser una pista privada, esa es la mano».
Hombre 2: «Si uno tiene su pista allá en Santiago, en cualquier lado, no es obligación. ¿Me entiendes? Porque me imagino que como es local, no tienen que molestarte. Como dijo Richard, un solo ‘camellito’ (envío) uno solo, y se embilleta».
Con estos casos, queda en evidencia la falta de fiscalización del espacio aéreo nacional. Lo cual, conlleva diversos problemas, entre ellos el tráfico de drogas en el país. ¿Se hará algo para solucionar la falta de fiscalización?