Milei proclama el 2024 como el año de la defensa de la vida. El presidente de Argentina, a través de un decreto, dice que esta año es el «año de la defensa de la vida, la libertad y la propiedad».
En el decreto publicado en el Boletín Oficial, Milei sostiene que la defensa de la vida es un «derecho inherente a toda persona humana» y refuerza su compromiso con el liberalismo.
El mandatario respalda su decisión citando la Declaración de Derechos de Virginia de 1776 y la Constitución argentina de 1853, haciendo hincapié en la importancia de la libertad y la propiedad como fundamentos de la democracia liberal y la economía de mercado que él defiende.
Milei reitera su apoyo al liberalismo, destacando el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo como uno de los principios fundamentales.
Critica el avance del Estado sobre los derechos individuales en detrimento de la libertad de los argentinos, subrayando la necesidad de asegurar los beneficios de la libertad para todos los habitantes de la nación, conforme a lo establecido en la Constitución Nacional.
El decreto implica el respeto absoluto al proyecto de vida del prójimo
En el decreto, Milei incorpora la definición de liberalismo según el pensador argentino Alberto Benegas Lynch, a quien considera su «prócer».
El liberalismo, según esta definición, implica el respeto absoluto al proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en la defensa de los derechos a la vida, la libertad y la propiedad.
Se destacan como instituciones fundamentales el concepto de propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social.
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La proclamación de Milei es un claro mensaje de su intención de avanzar en la implementación de políticas liberales en Argentina.
El mandatario ha prometido reducir el tamaño del Estado, fortalecer los derechos individuales y promover la economía de mercado.
La proclamación ha sido recibida con reacciones mixtas. Los partidarios de Milei la han acogido con entusiasmo, mientras que los críticos la han calificado de «retrograda» y «peligrosa».
