Aumento de precio de los combustibles agrava la crisis económica en Cuba.
Cuba se enfrenta a una crisis cada vez más profunda, marcada por un aumento drástico del precio de la gasolina, que se ha elevado más del 400% desde el 1 de marzo. Esta medida, implementada por el Gobierno de Miguel Díaz-Canel, busca abordar el desabastecimiento y revitalizar la economía, pero ha generado un impacto significativo en la población.
La gasolina, antes una de las más baratas del mundo, ahora tiene un precio de 1,10 dólares por galón. Este incremento forma parte de una nueva política monetaria que también contempla aumentos en otros servicios como transporte público, electricidad y gas.
El Gobierno defiende que estos aumentos, aunque generen inflación, son necesarios para sanear las finanzas estatales y adquirir más reservas de petróleo en el extranjero. Sin embargo, la medida ha generado descontento entre la población, que ya sufre de escasez de productos básicos como el pan y apagones diarios.
En medio de esta crisis, México ha enviado millones de barriles de petróleo a Cuba en los últimos meses. Esta ayuda es crucial para cubrir la demanda de combustible mientras otros aliados como Venezuela enfrentan sus propias dificultades económicas.
La escasez de alimentos básicos también se ha intensificado. El Gobierno cubano ha solicitado ayuda internacional, específicamente en el suministro de leche en polvo para niños menores de 7 años.
La falta de pan, otro producto esencial en la dieta cubana, también es un problema. Se espera que este producto escasee en marzo debido a problemas en los embarques planificados.
La crisis energética también se agrava. Los apagones frecuentes y las fallas en el sistema eléctrico son cada vez más comunes debido a la falta de inversiones y mantenimiento.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno cubano, la sombra del embargo estadounidense, que cumple 60 años, continúa afectando la economía de la isla. La comunidad internacional, en su mayoría, condena esta medida como una violación al derecho internacional, aunque Estados Unidos e Israel siguen manteniendo su postura en contra.
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