Brasil toma medidas contra desinformación en las redes sociales
En un reciente evento del G20 en San Pablo, Brasil presentó nuevas iniciativas para combatir la desinformación en las redes sociales.
Este esfuerzo coincide con el lanzamiento del informe «Ataques y desinformación de género» por parte de TheNerve, un centro fundado por la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Maria Ressa.
El informe, basado en el análisis de más de 1.15 millones de publicaciones entre 2019 y 2024, expone cómo la desinformación ha impactado severamente a mujeres periodistas y políticas en Brasil.
El estudio encontró que el discurso de odio en línea, amplificado en sitios de extrema derecha, ha buscado socavar la reputación y credibilidad de estas mujeres.
Elecciones y la lucha contra la desinformación
La problemática de la desinformación y el discurso de odio es particularmente relevante en el contexto de las próximas elecciones municipales en Brasil, las cuales se vislumbran como un campo de batalla de polarización política y populismo.
Para enfrentar estos desafíos, el Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE) ha implementado nuevas regulaciones que restringen el uso de la publicidad política en plataformas digitales con el fin de prevenir la desinformación.
Google se retira y las tensiones aumentan
Como consecuencia de estas nuevas normas, Google ha decidido suspender la publicación de anuncios políticos en Brasil durante el período electoral, debido a la complejidad y los altos costos de cumplimiento requeridos.
Esta decisión pone de relieve la tensión existente entre las plataformas tecnológicas y las autoridades brasileñas, en un momento en que el debate sobre la regulación de las redes sociales y su impacto en la democracia es más intenso que nunca.
Responsabilidad compartida y desafíos a la libertad de expresión
La resolución del TSE también establece que las plataformas serán corresponsables, tanto civil como administrativamente, si no eliminan de manera inmediata contenido y cuentas que infrinjan ciertas leyes durante el período electoral.
Esto incluye la publicación de contenido antidemocrático, noticias falsas sobre el proceso electoral, amenazas de violencia y discursos de odio, entre otros.
Si bien esta política se alinea con la preocupación global sobre el papel de la inteligencia artificial y las redes sociales en la propagación de la desinformación, también presenta serios desafíos en cuanto a cómo equilibrar este control con la libertad de expresión y el derecho a la información.
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