El proceso constituyente se tomó la última versión del Seminario Icare, cuyo tema fue el «Diálogo para construir un futuro». Ahí participaron los ex presidentes Michelle Bachelet, Sebastián Piñera y Eduardo Frei Ruiz Tagle (que lo hizo de manera telemática), donde los dos primeros coincidieron en su preocupación ante la posibilidad de que no se llegue a buen puerto con la nueva constitución.
Bachelet dijo que «vivimos días cruciales. Está en juego quizás la última oportunidad en mucho tiempo de asegurar un texto constitucional que asegure convivencia democrática fortalecida, un reconocimiento de nuestras legítimas diferencias y un sentido de comunidad que promueva la cohesión social». Añadió que «soy una rehén de la esperanza, podemos estar a la altura como país».
Sin embargo, mencionó, existen «varios síntomas de que podemos volver a fallar en dar una nueva y buena Constitución».
«Veo que nuevamente, en una revancha, los legítimos triunfadores en las elecciones del Consejo pretenden imponer su peso para dar una señal identitaria en sus electores o para ser inviables en el futuro políticas públicas con las cuales no están de acuerdo, como en salud, previsión, interrupción del embarazo o carácter inapropiable de ciertos bienes públicos», subrayó.
A su juicio, «no se aprendió la lección que nos hizo fracasar la vez anterior. Una Constitución no es el espacio para darle rango nacional a identidades políticas particulares ni para hacer sentir el triunfo de unos sobre otros. Es el conjunto de reglas básicas aceptables por todos, que nos permita vivir juntos. Una Constitución moderna no es el espacio para resolver todas las demandas sociales, y, por cierto, no resuelve los problemas de seguridad. Es simplemente un marco para convivir democráticamente. Eso nos merecemos y esperamos», expresó.
Michelle Bachelet sostuvo que «espero poder tener una nueva Constitución que nos enorgullezca como chilenas y chilenos, que nos represente y nos permita seguir avanzando a un país más digno y justo. Porque, de lo contrario, estaré marchando por los derechos de todos y todas y de las mujeres», aseguró.
La exmandataria llamó a pensar en Chile, a no tirar la toalla y a dar certidumbres. «Los chilenos y chilenas no perdonarían fracasar por centrarnos en nuestras diferencias que en las necesidades. No confundamos el desinterés en el proceso con apatía política. El malestar sigue ahí, esperando una respuesta que no hemos podido dar», sentenció.
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PIÑERA: «NO ES UN PROGRAMA DE GOBIERNO»
Para Sebastián Piñera, en tanto, la nueva Carta Fundamental debe ser redactada en base a un «pacto social», que «permita procesar las legítimas diferencias que existen en una sociedad libre».
«Hay momentos en la historia de los países que son estelares, y este es uno de ellos. El año 73 vivimos un momento estelar y los políticos no estuvieron a la altura de sus responsabilidades. El año 89 vivimos otro momento estelar y los políticos sí estuvieron a la altura. Meses atrás tuvimos un proyecto de Constitución que tampoco logró estar a la altura de los desafíos y hoy tenemos una nueva oportunidad de hacer lo que los chilenos esperan de nosotros», sostuvo.
Piñera remarcó que «para que una Constitución pueda ser ese gran marco de unidad y estabilidad, es fundamental que tenga un respaldo amplio y sólido para que sea reconocida y respetada por la inmensa mayoría. Y para que eso se produzca tiene que haber acuerdos amplios y sólidos».
El expresidente aseveró que una Constitución «no es un programa de Gobierno» y tampoco «es la forma en que un sector quiere que sea la sociedad. Una buena Constitución debe definir los valores y principios básicos que sustentan la vida en sociedad».
A su juicio, la nueva Constitución «debe establecer las garantías, los derechos y deberes de los ciudadanos frente al Estado. En tercer lugar, organizar al Estado y sus distintos poderes. Debe permitir que gobiernos de distintos signos políticos puedan desarrollar sus ideas y programas dentro de ese gran marco», acotó, y que garantice «el valor de la vida y la dignidad humana, los derechos humanos, las libertades, la protección del medio ambiente, la seguridad y la no violencia. También debe garantizar derechos sociales como salud, educación, vivienda, agua y pensiones (…) La igualdad ante la ley, la igualdad de género e igualdad de oportunidades».
«Siguiendo estos principios podemos tener un marco que nos permita que la Constitución juegue el rol que le corresponde a una Constitución en un país sabio y democrático como queremos que sea Chile», añadió.
Piñera afirmó que «el tiempo se está agotando», por lo que se debe trabajar en alcanzar un texto que congregue a la ciudadanía, y que «se requiere una Constitución que actúe como un gran marco de unidad, estabilidad y proyección que todos queremos para nuestro país, pero que no se transforme en una camisa de fuerza ni que representa sólo a un sector de la ciudadanía».
