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¿Buena o mala práctica? Los humoristas que han sido pifiados en el Festival de Viña

Javiera Sanzana

Son aquellos enfrentados con la tarea más desafiante: arrancar risas del temido "Monstruo" de la Quinta Vergara, lo que les otorga el codiciado rating durante la noche. Nos referimos, por supuesto, a los humoristas.
En esta ocasión queremos recordar a aquellos humoristas que quedaron marcados en la cultura popular por generar más abucheos que aplausos. Esas que, literalmente, fueron «devoradas» por el monstruo de la Quinta Vergara.

Son aquellos enfrentados con la tarea más desafiante: arrancar risas del temido «Monstruo» de la Quinta Vergara, lo que les otorga el codiciado rating durante la noche. Nos referimos, por supuesto, a los humoristas.

El escenario de Viña del Mar ha sido el trampolín hacia el éxito y el reconocimiento para humoristas  como Jorge Alís, Natalia Valdebenito y Coco Legrand. Sin embargo, también ha sido testigo del desafío que enfrentan muchos otros que han vivido la experiencia de la Quinta Vergara.

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En esta ocasión queremos recordar a aquellos humoristas que quedaron marcados en la cultura popular por generar más abucheos que aplausos. Esas que, literalmente, fueron «devoradas» por el monstruo de la Quinta Vergara.

SERGIO FEITO E HIJO (1990)

Fue una de las primeras víctimas del implacable «Monstruo».

Sergio Feito, un cómico de revistas con rutinas musicales que había gozado de gran éxito en su paso por Viña en 1973, regresó al Festival después de 17 años, esta vez acompañado por su hijo Mario.

Sin embargo, su retorno no fue como lo esperaba. A pesar de sus intentos, su rutina no logró arrancar las risas del exigente público. Presentó chistes que parecían pertenecer a otra época, lo que desencadenó una serie de abucheos que culminaron con su salida del escenario.

La situación se tornó tan adversa que los organizadores tuvieron que apagar los micrófonos ambientales para silenciar las pifias. Tras experimentar la peor pifiadera en la historia del Festival, Sergio Feito tomó la decisión de retirarse del mundo del humor y abrazó la filosofía Hare Krishna.

OSCAR GANGAS (1998)

Oscar Ganas debutó en el escenario de Viña del Mar en 1998 con la firme intención de hacer reír al público sin recurrir a chistes «groseros, picantes o cochinos». Sin embargo, su presentación comenzó con el pie izquierdo al criticar a los artistas que habían actuado la noche anterior, el dúo Melón y Melame, quienes habían tenido un gran éxito.

Desde el inicio, Gangas no logró conectar con el público y su actuación se convirtió en un continuo torrente de abucheos. A mitad de su rutina, el humorista optó por retirarse del escenario.

Después de 13 años, Oscar Gangas regresó en busca de redención. Esta vez, decidió incorporar chistes un poco más atrevidos y logró llevarse dos antorchas a casa, obteniendo así el reconocimiento que tanto anhelaba.

SARAH SANDERS (1998)

Desde el principio, la comediante española Sarah Sanders enfrentó una situación desafiante. Después del deslumbrante espectáculo de Marco Antonio Solís, Sanders ingresó al escenario entre una lluvia de abucheos del «Monstruo». A pesar de su esfuerzo, su actuación estuvo marcada por un constante vaivén entre risas y pifias por parte del público.

En un punto crítico, el clamor de la audiencia se volvió tan ensordecedor que la voz de Sanders se perdió por completo. Ante esta abrumadora reacción, se vio obligada a abandonar el escenario después de tan solo 7 minutos de rutina, siendo literalmente devorada en tiempo récord por el público de Viña del Mar.

VANESSA MILLER (2003)

La actriz Vanessa Miller, conocida por su personaje humorístico «Bárbara, La Nana Argentina», se destacaba por sus exitosas apariciones en el programa estelar «Por fin es lunes» de Canal 13, donde lograba altos índices de audiencia.

Esto llamó la atención de los organizadores del Festival de Viña del Mar, quienes la invitaron a participar en el evento. Miller, reconocida por su trayectoria y su buena química con el animador Antonio Vodanovic, parecía ser una apuesta segura.

Sin embargo, su presentación resultó ser un fracaso. Con una rutina cargada de chistes de contenido sexual y un desafortunado remate que involucraba a un koala y al siempre serio Vodanovic, no logró arrancar ni una carcajada del público. Después de apenas 10 minutos en el escenario, tuvo que dejar de lado su traje de nana y retirarse entre abucheos.

NATALIA CUEVAS (2004)

La comediante, quien había triunfado y se había consolidado como una de las mejores imitadoras del país durante la edición del 2001, se encontraba en una situación completamente diferente tres años después.

De manera sorprendente, a pesar de su experiencia, los nervios y la presión del público le jugaron una mala pasada. Olvidó parte de su guion en medio de las pifias, lo que resultaba inusual para alguien con su trayectoria. La desafortunada situación culminó con su salida anticipada del escenario, dejando a un público descontento y aburrido.

SALOMÓN Y TUTU-TUTU (2008)

El dúo exitoso y reconocido de la televisión chilena, formado por Pablo Zamora y Kurt Carrera, tuvo una difícil noche en Viña del Mar. A pesar de un comienzo prometedor, su actuación terminó en medio de una lluvia de abucheos después de media hora de rutina.

Todo comenzó relativamente bien, pero las cosas tomaron un giro desafortunado cuando comenzaron a hacer chistes y bromas dirigidas a la alcaldesa Virginia Reginato. Aunque lograron recuperarse ligeramente con su famoso segmento «complete la oración», el apoyo del público comenzó a desvanecerse gradualmente.

Con el paso del tiempo, su rutina se volvió cada vez más cargada de doble sentido y lenta, lo que finalmente aburrió al público. Incluso el propio presentador, Salomón, intervino para poner fin a la actuación con un contundente «hasta ahí no más fue».

RUDY REY (2014)

El humorista, cuyo objetivo era entretener al público con un humor «blanco» y familiar, se despidió del escenario después de casi 30 minutos de actuación. Sin embargo, no logró convencer al público, que lo recibió entre una lluvia de abucheos tras la actuación de Ana Gabriel.

Su rutina se basó en un ranking musical con cambios de letra en canciones populares de artistas como Ricardo Arjona y Ricky Martin. A pesar de sus esfuerzos, no logró cautivar al público y tuvo que retirarse del escenario entre las pifias del público.

RICARDO MERUANE (2011-2016)

En 2011, Meruane, un integrante del humor chileno, se presentó por primera vez en el Festival. Sin embargo, su actuación estuvo marcada por una recepción hostil del público, que exigía el regreso de Sting, entre pifias.

Lo más memorable de su rutina fue su constante repetición de «gracias, gracias, no se molesten», acompañado de un peluquín que desconcertó a muchos. A pesar de sus intentos por hacer reír al público y bromear sobre Sting, la respuesta del público fue una nueva dosis de rechiflas.

En 2016, Meruane regresó con la esperanza de redimirse. Su rutina, que duró casi 50 minutos, intentó captar la atención del público con chistes e historias lentas y anticuadas. Sin embargo, los remates no lograron impactar, y su repetición del famoso «gracias, gracias, no se molesten» esta vez cambió a «apaga la luz», tratando de desviar la atención de los focos hacia el público.

A los 30 minutos, el nerviosismo del humorista era palpable y las pifias se hicieron más audibles, obligándolo a retirarse una vez más, derrotado.

JANI DUEÑAS (2019)

La última víctima del temido «Monstruo» y, por ende, un recuerdo fresco en la memoria de todos, fue la actriz Jani Dueñas. La reconocida comediante de stand-up llegaba a Viña con un sólido respaldo de su público y seguidores, así como un reconocimiento por su participación en programas como La Divina Comida y por dar voz a personajes icónicos como Patana en 31 Minutos. Sin embargo, su presentación fue un desastre.

Su actuación se produjo justo después de la energética presentación de Marc Anthony. Desde los comerciales previos hasta su introducción por parte de los animadores, las pifias no cesaban. A pesar de ser recibida en el escenario entre aplausos, el ambiente se tornó hostil en cuestión de minutos, con el público desinteresado ante sus intentos de humor. Incluso llegó a preguntar: «¿Hacemos chistes de penes?», pero la respuesta fue un silencio abrumador.

La comediante, visiblemente afectada, terminó pidiendo ayuda a los animadores entre las pifias. Luego de más de 30 minutos en el escenario, se retiró entre un mar de abucheos. «El público quería más chistes cortos y yo quería invitarlos a dar un paseo por mi cerebro, pero no quisieron venir», reflexionó Jani después de su doloroso fracaso en el escenario de Viña del Mar.

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